Casi 5.400 asalariados extremeños abandonaron la comunidad autónoma el año pasado para trabajar en otra región. El registrado entre el 2016 y el 2017 es el mayor flujo de salida laboral que se contabiliza en la comunidad autónoma en nueve años. En los últimos cinco de ellos ha ido aumentando de forma ininterrumpida, llegando casi a doblar el que hubo entre el 2012 y el 2013, que no alcanzó los 2.900.

Por contra, los trabajadores por cuenta ajena que el año pasado llegaron a la región procedentes de otras autonomía fueron 2.410, menos de la mitad de los que marcharon. El balance del último lustro deja una fotografía bastante poco alentadora del panorama laboral extremeño, con un saldo negativo de la comunidad autónoma respecto a otras regiones que se acerca a los 10.000 trabajadores: 20.224 han emigrado, frente a los 10.730 que han venido.

Estos datos están recogidos en el estudio Movilidad del mercado de trabajo en las fuentes tributarias, que elabora anualmente la Agencia Tributaria, y que analiza los cambios que se registran en el mercado laboral entre dos ejercicios consecutivos atendiendo a las características sociodemográficas de los trabajadores: domicilio, género, nacionalidad, edad y actividad de los asalariados. Como tales considera a aquellos que perciban en computo anual al menos la mitad del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de un mes.

Cuando se trata de emigrar por motivos laborales, Madrid aparece muy claramente como el principal destino de los extremeños, con 2.298 trabajadores que en el 2017 tomaron ese rumbo. En segundo y tercero aparecen dos comunidades limítrofes: Andalucía y Castilla y León, con 959 marchas y 485, respectivamente. Cataluña, con 409, Castilla-La Macha, con 288, y Baleares, con 246, son los siguientes destinos.

De todas las comunidades autónomas españolas, Extremadura presentó el año pasado la peor ratio entre los flujos de entrada y salida laboral, con 2,23 trabajadores que emigran por cada uno que llega. Andalucía (1,65), Castilla y León (1,62) y Castilla-La Mancha (1,62) son otras comunidades netamente emisoras. En el lado contrario, Baleares (0,51), Madrid (0,58) y Cataluña (0,71) son las que proporcionalmente más reciben. Hay que tener en cuenta, en cualquier caso, que el estudio recoge datos de las comunidades integradas en el régimen fiscal común, lo que deja fuera a las dos forales: Navarra y el País Vasco.

EL CAMINO INVERSO / Entre los que siguen el camino inverso y cambian otra comunidad por Extremadura para trabajar es también Madrid la referencia que más se repite, con 666 traslados en el 2017. En el caso de Andalucía fueron seiscientos y otros 250 en el de Castilla y León.

Otro dato llamativo que revelan los datos recopilados por la Agencia Tributaria es el de la movilidad geográfica laboral por tramos de edad. En Extremadura, el éxodo lo protagoniza de manera destacada el segmento que va de los 26 a los 35 años, con un 56% del total (3.000 marchas), casi el doble que el que discurre entre los 36 y los 55 años.

Unos números que encajan a la perfección con los de otras fuentes estadísticas. Según el INE, entre el 2008 y el 2018 la región ha perdido más de 30.000 jóvenes en el tramo de edad de los 25 a los 34 años. Este intervalo poblacional pasó de 157.057 a 126.147 personas, un descenso del 20% que multiplica por más de ocho el que se experimentó de media en toda la población de la comunidad autónoma (2,3%). El desplome, si bien en parte obedeció al envejecimiento generalizado de la población, también se debió en buena medida a la marcha de jóvenes fuera del territorio extremeño en busca de un empleo o, si ya lo tenían, de un puesto de trabajo mejor.

Por provincias, el flujo de salidas se repartió de forma similar entre las dos extremeñas, 2.979 personas partieron de la de Badajoz y 2.415 de la de Cáceres. Algo parecido ocurre cuando se desglosa la cifra atendiendo al género, con 2.881 hombres y 2.491 mujeres.

También es significativo el que la región tuviese el salario medio anual menor de España: 4.069 euros (3.661 en el caso de las mujeres), por debajo, incluso, del ejercicio anterior, que también fue el más bajo de España (4.069 euros). La media nacional fue de 5.380 euros (hay que considerar que el periodo por el que se perciben las remuneraciones puede ser muy limitado),

La buena noticia de los datos de Hacienda es que la cifra de asalariados, a pesar del saldo negativo respecto a otras comunidades, aumentó el año pasado gracias a que hubo un mayor número de altas (46.673) que de bajas (39.811).

En todo el país, la cantidad de asalariados que cambiaron una comunidad autónoma por otra entre el 2016 y el 2017 fue de 142.472. El aumento de los flujos de intercambios ha ido acompañando la paulatina recuperación económica. Un año antes fue de 128.237 y si se retrocede tres no se llegaba a los cien mil (97.909).