El exconsejero de Fomento del PP Víctor del Moral ha denunciado que el dinero público de la empresa pública Gestión de Infraestructuras, Suelo y Vivienda de Extremadura (Gisvesa) se "dilapidó" con decisiones "erróneas" en la época del boom inmobiliario, en la que todo se compraba y vendía "a precio de oro" sin que repercutiera en las cuentas públicas.

Del Moral ha comparecido hoy, en la Asamblea, en la comisión no permanente de investigación sobre la contratación de personal en el sector público empresarial, en una sesión en la que sus señorías se han centrado más en hablar de la gestión de esta y otras sociedades públicas más que en el motivó en sí de este órgano de control.

Así ha ocurrido en el caso de la intervención del exconsejero de Fomento, Vivienda, Ordenación del Territorio y Turismo durante el Gobierno de José Antonio Monago, que ha comparecido para rendir cuentas sobre Gisvesa y Urvipexsa, ambas dependientes de este departamento.

Ha subrayado que durante su mandato el "caballo de batalla" fue garantizar que ambas sociedades fueran "viables", por lo que tuvieron que realizar algunos despidos, algo que "a nadie le apetece", pero "no había más remedio si no queríamos abocar a las empresas a la quiebra".

Ha indicado que Urvipexsa -dedicada fundamentalmente a la construcción de vivienda de protección oficial- tenía una situación financiera "bastante mejor", no así Gisvesa -promotora de suelo público-, con un capital social de más de once millones, cien por cien de la Junta.

En este sentido, ha afirmado que el dinero público de esta última se "dilapidó" en contrataciones de urbanizaciones, en compra de suelo y en pago de proyectos, de modo que su gobierno no pudo emprender ninguna actuación.

Ha precisado que, por su volumen y coste, en Gisvesa "dolía la cabeza" sobre todo por el proyecto de interés regional (PIR) del Junquillo en Cáceres y el de los Viñazos en Nalvalmoral de la Mata -en este caso en un suelo inundable y sin luz-, por ser dos iniciativas con "miles" de viviendas cuyas urbanizaciones "hacían que las cuentas peligraran sobre manera".

"Hubo muchas decisiones incomprensibles en la etapa de la burbuja, había multitud de irregularidades, de actuaciones promovidas por el boom inmobiliario", ha aseverado Del Moral, que ha añadido que se tuvo que solicitar un préstamo de dos millones de euros para pagar impuestos, como el de transmisiones patrimoniales y el de actos jurídicos documentales, que no se habían abonado a la Junta.

Ante este escenario, la "principal decisión" fue adecuar la plantilla fija de la empresa al volumen de negocio, intentar terminar las urbanizaciones en marcha en Extremadura "y poder hacer liquidez a través de la venta de solares para la construcción de viviendas".

Todo ello en una etapa marcada por la "depreciación", de modo que el patrimonio de Gisvesa pasó de 11,3 millones en 2011 a 8,2 en 2014, ha apuntado Del Moral en un debate en el que el diputado socialista Carlos Labrador le ha acusado de "maquillar" las cuentas y le ha recriminado la contratación de 90 trabajadores sin un proceso de selección.

No obstante, el exconsejero ha reconocido que algunos proyectos llegaron a buen término, como Los Pontones en Arroyo de la Luz, pero no otros, como El Junquillo en Cáceres, donde no se consigue vender las parcelas propiedad de la Junta, "lo mismo que ocurre en Zafra, Plasencia y sobre todo en Navalmoral, que es el gran fiasco de Gisvesa".