En el campo miran al cielo y hace días que preocupa el dominio del sol. No ha llovido en el invierno, tampoco llueve ahora y las predicciones dicen que no lloverá, de momento, lo que empieza a poner en aprietos a la ganadería, complica ya la situación de la apicultura y de cultivos como los cereales de invierno (que podría tener una cosecha muy mermada sin agua) y, aunque aún hay margen para el regadío por las reservas de los embalses, el panorama es incierto si no cae agua suficiente para producciones como la del tomate o la ciruela. Con ese escenario, las principales organizaciones agrarias urgen ya que se convoque la mesa de la sequía, que se analice la situación y se planteen opciones para el campo extremeño si no aparece la lluvia.

«La mesa de la sequía debe hacer una valoración de cómo está afectando ya la carencia de agua y debe empezar a trabajar en los agroseguros. Tenemos que estar preparados por lo que pueda ocurrir, pendientes de si llueve o no esta primavera», señaló ayer el presidente de Apag Extremadura Asaja, Juan Metidieri, que recordó que la «preocupante situación de sequía» está obligando a adelantar riegos.

El secretario de Agricultura de UPA-UCE, José Cruz, también se refirió a la necesidad de evaluar actuaciones: «No podemos esperar a tener el problema encima para tomar medidas y hemos trasladado a la administración la necesidad de que haya una reunión con la consejería, las confederaciones, organizaciones agrarias y cooperativas, para evaluar la situación y planificar actuaciones coordinadas, a la espera de si el tiempo cambia. Lo que no podemos hacer es empezar a pensar en qué hacemos en dos meses, con el problema ya encima», señaló el dirigente de UPA, que aventuró que «si se mantiene esta situación en el mes de abril podemos tener daños importantes».

invierno seco/ Aunque el invierno ha sido muy seco, los embalses de la región no lo acusan aún por el excedente que se acumuló en la pasada primavera. Los embalses de la cuenca del Tajo en Extremadura están al 58,9% de su capacidad y acumulan 3.714 hectómetros cúbicos, lo que supone 1.200 hectómetros menos que en la misma semana del año anterior cuando, después de más de 20 días de lluvia casi ininterrumpida estaban en 4.936 hectómetros (a finales de febrero de 2018 apenas superaban los 3.000 hecómetros). En cuanto al Guadiana, los embalses están al 52% de su capacidad, con 3.798 hectómetros acumulados, similar a los datos del año anterior en la misma semana, aunque también después de varias semanas de lluvias que aportaron 1.000 hectómetros a los pantanos de la región (y agua al terreno).

Al contrario que en otras ocasiones la ausencia de precipitaciones afecta a todas las zonas agroganaderas de la región. En la ganadería, la falta de precipitaciones ya está suponiendo un problema para la extensiva, por el sobrecoste que ya supone la alimentación. Preocupa lo que puede suceder si empieza también a faltar el agua para que beban los animales.

También hay problemas en la apicultura, un sector con un millar de productores en la sierra norte de Cáceres (Hurdes Gata) y en la Siberia. Es un además un factor añadido para otros cultivos, como los leñosos, porque las abejas tienen una incidencia directa en ellos como responsables de la polinización.

Tampoco está bien la situación para el olivar y el viñedo, que empiezan a acusar el estrés hídrico por la falta de agua y podrían tener dificultade para alcanzar «un cuaje razonable», según Metidieri.

Pero por el momento la situación más preocupante es la del cereal de invierno (trigo cebada, avena...), en los que el fruto ya está desarrollado y ahora necesita el agua para crecer. Sin ella puede peligrar mucho, según José Cruz, el rendimiento de las cosechas en las más de 240.000 hectáreas de superficie que hay en la región.

Del regadío, preocupa que no se pueda disponer de agua en campañas como las del tomate, que ya se está planificando y debe arrancar en abril; y los frutales, que en algunos casos han adelantado la floración por las elevadas temperaturas y ahora, sin agua, pueden perder la flor y el correspondiente fruto.

ORELLANA EMPIEZA A REGAR / Con ese escenario, comunidades de regantes como la de Orellana preparan un riego de emergencia para hoy ante los problemas que empiezan a afectar a sus 65.000 hectáteas de regadío. «Todos los cultivos se están viendo afectados, desde los frutales a los almendros, olivos en superintensivo, brócoli o patatas. Pero en los frutales, la falta de agua ya se nota porque están lacios, ha salido la flor y sin agua se puede caer y perderse el fruto», razona Miguel Leal, presidente de la regantes de Orellana, que recuerda que hay frutales que tienen que recogerse ya en mayo. Desde hoy y durante los próximos cuatro días se irán llenando las acequias para dar un riego de emergencia a todos los cultivos y, si persiste la ausencia de precipitaciones, se barajaría un nuevo riego en 10 o 15 días.

Lo normal es iniciar el 15 de abril la temporada de riego (se entiende que en los meses previos, con el agua que cae es ), pero el adelanto al mes de marzo no es algo nuevo. Ya sucedió hace cinco años, cuando los regantes de Orellana también tuvieron que practicar un riego extraordinario ante la ausencia de precipitaciones.

«A partir de ahora, decidiremos en función de lo que pase con la climatología, aunque lo que sabemos, por el momento, es que la climatología que viene no parece muy favorable», advierte Leal. En todo caso, según indica, la situación que tienen los embalses este año no parece, a priori, que vaya a plantear problemas a la campaña de riego, aunque la junta de desembalse que es quien decide, se reunirá a principios de abril.