El impacto socioeconómico de la actividad de Iberdrola en 2018 se elevó a 286 millones de euros en Extremadura, tras realizar pagos por importe de 26 millones a empresas de la región e invertir 100 millones de euros. De esta forma, la compañía eléctrica considera que refuerza así su papel como «uno de los principales motores». Además, el impacto fiscal de la actividad económica que la compañía ha llevado a cabo en la región ha superado los 140 millones de euros, mientras que los salarios y otras retribuciones han alcanzado los 19 millones de euros entre una plantilla de 266 profesionales.

El presidente del grupo, Ignacio Galán, ha destacado que Iberdrola «quiere estar cada vez más cerca de las personas». De hecho, señala que contribuir a su bienestar, a su progreso y preservar el planeta son sus «principales señas de identidad».

La compañía acaba de estrenar un nuevo propósito, el de «continuar construyendo, cada día y en colaboración, un modelo energético más eléctrico, saludable y accesible», que se asienta en tres pilares: energía sostenible, fuerza integradora e impulso dinamizador», indica Iberdrola en una nota. En 2019, la compañía «redoblará esfuerzos» para continuar como la principal compañía renovable del país y contribuir a la descarbonización del modelo energético, con nuevos proyectos renovables, mayor capacidad de almacenamiento, redes más inteligentes y soluciones ‘smart’ para sus clientes.

En esta línea, subraya que ha situado a Extremadura en «el centro de su apuesta por las energías renovables» en Europa, donde prevé la puesta en marcha de 2.000 nuevos megavatios (MW) de potencia fotovoltaica y eólica hasta 2022. En el marco de este plan, la compañía construye en estos momentos el parque Núñez de Balboa (Badajoz) que, con 500 MW de capacidad instalada y una inversión cercana a los 300 millones de euros, se convertirá en la mayor instalación fotovoltaica de Europa. Asimismo, cuenta con otros proyectos renovables en avanzado estado de desarrollo, como las plantas fotovoltaicas cacereñas de Ceclavín, Arenales y Campo Arañuelo I y II.

En 2019, la empresa prevé la aceleración de inversiones en España para dar un fuerte impulso a la transición hacia una economía baja en carbono. En la actualidad, Iberdrola construye 700 megavatios (MW) en nuevos proyectos renovables (fotovoltaicos y eólicos), tiene 2.500 MW en desarrollo y una cartera superior a los 7.000 MW. Para 2022, Iberdrola prevé poner en marcha 3.000 nuevos MW renovables en el país, un 52% más que su capacidad eólica y solar actual. Esta apuesta se enmarca en su plan para impulsar las renovables, donde la empresa invertirá 8.000 millones hasta 2022.