La situación se tensa entre los sindicatos y la patronal del campo, que siguen lejos de un acuerdo sobre las tablas salariales del nuevo convenio del que dependen 65.000 trabajadores de la región. La segunda reunión con mediación concluyó ayer sin avances sustanciales y con el propósito de verse de nuevo (ya sin mediación) tras la Semana Santa, aunque los sindicatos avanzan que convocarán una huelga si no se alcanza un acuerdo antes de termine abril.

Únicamente ha alcanzado acuerdos en cuanto a la interpretación a la hora de calcular la aplicación de la subida del salario mínimo en los trabajadores fijos, ya que la mediación ha dado la razón a las organizaciones agrarias en su pretensión de que la subida contemple suplementos, algo que rechazaban los representantes de los trabajadores. Las discrepancias siguen estando, sin embargo, en cuanto a los eventuales (los temporeros) y la negociación se centra ahora tanto en la retribución como en la jornada laboral.

Los sindicatos mantienen una propuesta de retribución para los temporeros de 46,28 euros por seis horas y media trabajo al día, que las organizaciones agrarias rebajaban a 42,62 euros, aunque según las indicaciones de los mediadores, habría que llegar a los 46,28 euros para tener en cuenta las pagas extraordinarias y las vacaciones. La propuesta de las organizaciones agrarias ante ese marco, es que se compense lo que supondría un incremento salarial del 22,3% con un aumento de la jornada laboral, hasta llegar a lo que marca el Estatuto de los Trabajadores y se aplica en el campo regiones como Castilla y León, Castilla-La Mancha o Aragón: jornada laboral de 8 horas al día, un máximo de 5 días a la semana.

Extremadura y Andalucía rebajaron la jornada años atrás por las altas temperaturas que se alcanzan, pero la patronal del campo quiere renegociar ese punto del convenio para llegar a las 1.826 horas anuales, frente a las 1.767 que hay con la jornada actual.

VALORACIONES/ «La subida del salario que se plantea va a ser insostenible para muchas explotaciones agrarias y por eso lo que nosotros planteamos es incrementar la jornada a 40 horas semanales. Ese será el punto de partida la próxima vez que nos sentemos a negociar», sostuvo ayer Juan Metidieri, dirigente de Apag Extremadura Asaja.

El dirigente de UPA, Ignacio Huertas, advierte de que «nos tenemos que equiparar a otros territorios y habrá que ver cómo equilibrar la situación. Debe venir no solo de la mano de las tablas salariales, sino también de la negociación de la jornada laboral», apunta.

Mientras tanto, los representantes sindicales discrepan de esa propuesta y hablan ya de movilizaciones si no se alcanza un acuerdo antes de mayo. «No vale que la patronal quiera ahora amortiguar la subida salarial, aumentando también la jornada laboral», dice Jesús Villar, de la Federación Agroalimentaria de CCOO.

Para Miguel Talavera, secretario general de FICA UGT: «si a finales de mes no hay una resolución, empezaremos a movilizarnos. Ya nos estamos planteando presentar un conflicto colectivo o reclamaciones individuales por parte de los trabajadores por el retraso en la aplicación de la subida del salario mínimo», afirmó ayer a este diario.