Desde el 21 de mayo y durante cinco días. Los sindicatos UGT y CCOO registraron ayer la convocatoria de huelga entre los 65.000 trabajadores del campo que se iniciará la próxima semana, después de que dieran por rotas por la mañana las negociaciones con las organizaciones agrarias para actualizar el convenio del campo tras de ocho reuniones sin acuerdo, dos de ellas con mediación. La cita de ayer, que se celebró esta vez en las instalaciones de la patronal del campo en Mérida, no consiguió avances en las posiciones e incorporó un nuevo frente con la nueva obligación de registrar la jornada laboral.

En todo caso, el principal obstáculo para los representantes de los trabajadores sigue estando en la aplicación de la subida del salario mínimo que entró en vigor el día 1 de enero y que, según denuncian, un 60% de las empresas del sector no aplica aún. «El real decreto por la subida del salario mínimo no se negocia, es de obligado cumplimiento desde el 1 de enero y lo cierto es que no se está aplicando aún en muchos casos», afirma Jesús Martín, secretario de Acción Sindical de CCOO en Extremadura. Los quieren una propuesta de retribución para los temporeros de 46,28 euros por seis horas y media trabajo al día, que las organizaciones agrarias rebajaban a 42,62 euros, eliminando conceptos como las vacaciones, que a juicio de los representantes de los trabajadores perjudican a los trabajadores temporales.

La convocatoria de huelga se registró ayer para los días 21 al 25 de mayo, aunque aún se puede alcanzar un acuerdo ‘in extremis’ que paralice la protesta y encauce la situación en la reunión de conciliación que se ha fijado para mañana jueves, 16 de mayo, en la Fundación de Relaciones Laborales.

En declaraciones a Efe, el secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT de Extremadura, Miguel Talavera, explicó ayer que el único objetivo de la patronal parecía ser aplicar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), pero a cambio de incrementar las 1.768 horas laborales del convenio a las 1.826, lo que supone pasar de las 6,5 a las 8 horas diarias, lo que ellos rechazan.

sin líneas rojas/ Por su parte, las organizaciones profesionales apelaron en un comunicado conjunto firmado por Asaja, UPA- UCE y COAG a la «responsabilidad» de los sindicatos para que se sienten de nuevo en la mesa de negociación, sin marcar «líneas rojas», y poder así continuar con la negociación del convenio del campo en su conjunto que permita llegar a un «acuerdo positivo» para todas las partes.

Según explican, han propuesto «dejar a un lado» la principal diferencia existente entre las partes, que es la negociación de las tablas salariales, para continuar negociando el resto de artículos del convenio; y lamentan que los sindicatos hayan mostrado una actitud negativa, no aceptando ningún tipo de negociación siempre que no se procediera a la firma de las tablas salariales

El presidente de Asaja, Angel García Blanco, señaló que los sindicatos no han llegado al encuentro con la intención de negociar, «sino que tenían un mandato específico por parte de un tercero para iniciar las movilizaciones».

A su juicio, el próximo 21 de mayo «solo van a estar en huelga ellos porque el resto de trabajadores agrícolas, a los que ellos no representan, irán a trabajar» y reiteró que «tienen otros intereses ocultos por otro lado».