Los quince aerogeneradores que forman el parque eólico Merengue, ubicado en el término municipal de Plasencia y el primero que se pone en marcha en la región, ya producen energía a pleno rendimiento. Inaugurada a mediados de febrero, la instalación vierte electricidad a la red desde inicios de marzo con normalidad. En estos dos meses, suma 17.000 horas en funcionamiento, que le han permitido generar 20 gigavatios-hora (GWh), el equivalente al consumo eléctrico que realizan 5.000 viviendas a lo largo de un año completo. Unas cifras que confirman las buenas expectativas que en este parque tenía depositadas Naturgy, su empresa propietaria, según se confirma desde la propia compañía.

«Extremadura no es una comunidad muy ventosa. No estamos hablando de Galicia, por ejemplo, pero sí es verdad que tiene ciertos emplazamientos eólicos muy buenos. Y Merengue tiene un buen recurso eólico que, además, se puede aprovechar muy bien», resalta Ana Ruiz, responsable de Desarrollo de Renovables en Extremadura de Naturgy. De hecho, esta compañía tiene en estudio la creación de un segundo parque en una localización muy cercana a esta. Se trataría de construir una planta nueva, no de hacer una ampliación de la actual. La previsión es que tenga también decena y media de aerogeneradores, aunque algo más de potencia (50 megavatios —MW— en conjunto, frente a los 40 MW de Merengue). Este proyecto se encuentra aún en una fase inicial de su tramitación ante la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento de Plasencia y Red Eléctrica de España (REE). No obstante, Ruiz confía en que «si todo se da bien, como ha sucedido en el caso de Merengue, se llevará adelante».

El de Plasencia no solo es el parque que ha conseguido acabar con la falta de potencia eólica instalada en Extremadura. También ha sido tanto el primero que Naturgy construye en España desde que fue ‘rebautizada’ —anteriormente era Gas Natural Fenosa— como el primero que esta compañía desarrolla dentro de los 667 megavatios de potencia de los que resultó adjudicataria en la primera subasta de renovables, realizada por el gobierno en el 2017.

Los aerogeneradores instalados en la sierra placentina son de la firma Siemens Gamesa. En concreto, del modelo SG 2.6-126, con una potencia unitaria de 2,625 MW. La torre de cada uno de ellos es de 84 metros de altura —la que podría tener un edificio de unas 25 plantas— , elevación que puede llegar hasta los 147 metros teniendo en cuenta también el movimiento de las palas (el diámetro de rotor es de 126 metros). Para transportar las piezas que componen uno solo de estos molinos —que pesa en total más de 350 toneladas— se necesitan ocho camiones.

Las palas de cada aerogenerador comienzan a producir energía cuando el viento alcanza los tres metros por segundo, aunque no es hasta los 10,5 cuando se obtiene la potencia máxima. Si se llegan a alcanzar los 25 metros por segundo (noventa kilómetros por hora), dejan de girar para evitar tensiones excesivas. El dispositivo va orientándose automáticamente con el fin de sacar el máximo partido de la energía cinética del viento. Aparte de la intensidad con el que este sopla, el otro motivo que puede llevar a que uno de estos molinos esté parado temporalmente es la realización en ellos de alguna tarea de mantenimiento.

La instalación eólica de Plasencia se completa con un centro de control, una subestación, y una línea eléctrica de siete kilómetros de longitud. Esta conexión llega hasta una subestación principal, situada ya en el casco urbano.

La previsión de la empresa promotora es que el parque producirá alrededor de 155 GWh anuales, que es el equivalente al consumo anual eléctrico de 44.000 viviendas. Durante toda su vida útil, estimada en torno a treinta años, contribuirá a reducir en tres millones de toneladas las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

El futuro del sector

Con 23.484 MW de potencia acumulada, la energía eólica ha sido la segunda fuente de generación eléctrica en España en el 2018. Hay un total de 1.123 parques distribuidos por 807 municipios, pero pese al enorme desarrollo que ha tenido esta tecnología en casi todo el país, Extremadura ha sido la penúltima comunidad autónoma en tener aerogeneradores en su territorio (ya solo queda Madrid), tres décadas y media después de que esta tecnología desembarcase en España. «Hemos llegado tarde, pero hemos llegado, que es lo importante. Ya tenemos aquí el primer parque, y hemos demostrado que se puede construir eólica en Extremadura», esgrime la responsable en la región de Desarrollo de Renovables de Naturgy. «Como todas las comunidades, esta tiene sus limitaciones de recursos eólicos o de afecciones de zonas protegidas», reconoce, pero asegura que con «el apoyo» de las administraciones, «estudiando bien los emplazamientos y haciendo una buena selección», la eólica puede tener todavía recorrido en la comunidad autónoma. Igualmente, esgrime, «la tecnología avanza a pasos agigantados», lo que ayuda a aprovechar cada vez de forma más eficiente los recursos de viento.