Aunque las obras previstas por la Consejería de Educación para hacer frente al calor ya no se podrán ejecutar en este curso académico, a corto plazo sí se plantean otras medidas que serán de aplicación antes de que terminen las clases en junio. Es el caso de la reducción de jornada lectiva si hay alerta por altas temperaturas (ya se aplicó el año pasado) y la instalación de fuentes de agua fría.

Respecto a estas últimas, el departamento que dirige Esther Gutiérrez está contratando ya el suministro de 136 fuentes con capacidad de filtrar y enfriar el agua para todos los institutos de Extremadura, donde empezarán a instalarse «en breve». La inversión alcanza los 68.000 euros y el objetivo es «estimular una hidratación fácil y de calidad» a alumnos y profesores teniendo en cuenta «el elevado número de horas diarias que pasan en los centros, precisamente las horas de mayor actividad física e intelectual, y los elevados índices de traspiración y pérdida de agua que estas causan».

Educación abre la puerta también este año a una reducción de las horas lectivas ante «circunstancias meteorológicas excepcionales», entendiendo como tal las alertas por altas temperaturas o fenómenos meteorológicos adversos. Así, detalla que los equipos directivos de los centros de Infantil, Primaria, Secundaria y Educación Espacial, previo informe favorable de su consejo escolar, podrán acordar desarrollar actividades adaptadas a la situación meteorológica, lo que pude incluir, en su caso, lareducción de la jornada lectiva del alumnado que estuviera establecida con carácter general.

No obstante, se asegurará la posibilidad de que aquel alumno cuya familia lo solicite pueda permanecer en el centro hasta la finalización de las actividades lectivas que correspondieran normalmente o bien no asistir a clase durante esos días, siempre comunicándolo previamente a la dirección. Y en cualquier caso, se garantizarán siempre los horarios y prestación de los servicios de comedor y transporte escolar.