Me contaban unas chicas que celebraban su boda en Cáceres que la familia que venía de fuera se alojaba en ‘casas’. Van preguntando, van tirando de gente y al final siempre hay alguien que alquila una vivienda de manera ilegal para la actividad turística, sea cual sea el motivo de la estancia. Y claro, ese tipo de alojamientos se llenan mucho antes que los legales. Normal, a 35 euros la noche...», relata Victoria Bazaga, presidenta de la Federación Extremeña de Turismo Rural (Fextur). «Hemos conseguido que muchos se regulen y se registren porque las multas oscilan entre los 6.000 y los 60.000 euros, pero aún así siguen surgiendo por todas partes», añade.

Los apartamentos turísticos continúan al alza y Extremadura no se ha quedado atrás en la proliferación de esta nueva oferta. Además, no solo se multiplican en ciudades como Cáceres, Plasencia o Mérida, sino que cada vez son más frecuentes en pequeñas localidades. Por poner un ejemplo, Casar de Cáceres, con unos 4.500 habitantes, ofrece al menos dos.

LAS CIFRAS actuales / Los datos reflejan que la comunidad autónoma casi ha triplicado el número de plazas disponibles de estos alojamientos en la última década. Si en 2009 solo había 1.012, ahora llegan a las 2.900, teniendo en cuenta el último informe de abril de este año publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En cuanto a cantidad de apartamentos, la región ha pasado de disponer de 255 a 638 en estos diez años analizados.

Y según el registro que maneja la Junta, Cáceres concentra la mitad de estos apartamentos turísticos que ya se reparten por todos los rincones de la región.

De hecho, en la parte antigua de la capital cacereña es fácil toparse en un misma calle con varios de ellos. La parte positiva es que, gracias a esta actividad, en el casco antiguo van desapareciendo los inmuebles abandonados. Casi todas las nuevas rehabilitaciones son para este fin. La parte negativa es la llamada gentrificación: el corazón de las ciudades se va vaciando de vecinos y solo hay viajeros que vienen y van.

¿RENTABILIDAD? / No obstante, el problema de base continúa siendo el mismo: un negocio en el que abunda la economía sumergida para que, para un particular, resulte rentable. Lo explica Bazaga: «Hay un gran porcentaje de apartamentos turísticos que no cumplen con las normas de sanidad y seguridad necesarias porque no pasan ningún tipo de control, básicamente porque no están dados de alta en el registro de actividades económicas, la manera de evitar las tasas y los impuestos. Si tuvieran que pagar lo que corresponde sería muy distinto».

«Pero es que además -continúa la presidenta de Fextur- estamos obligados a que cualquier persona que pernocte en un alojamiento turístico dé sus datos personales, así lo exige la policía por si ocurre algún percance. En un apartamento ilegal no suele existir ese control».