Los expertos hablan, sobre todo, de precariedad, de inestabilidad, los tipos de contratos, los bajos salarios, la incertidumbre, la dificultad para acceder a un hogar propio... En definitiva, un mercado laboral que no ofrece garantías y una sistema de vida donde prima la inseguridad económica; y donde el precio de una casa o el alquiler no cuadra con el derecho a poseer una vivienda que recoge la Constitución (una de las consecuencias es el éxodo juvenil a otros países).

Es el principal argumento para explicar los últimos datos sobre nacimientos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que se dieron a conocer la semana pasada y que, sin duda, dibujaron una realidad cada vez más evidente: nacen menos niños y la sociedad envejece, por lo cual las necesidades y los servicios que demanda son muy distintos. Sean cuales sean los motivos, la radiografía del INE dibuja un panorama muy distinto al de hace una década (con aún más distancia si la vista es 20 años atrás).

LA CIFRAS / En Extremadura las cifras dicen que en 2018 el número de nacimientos cayó un 8%, un descenso más pronunciado que en periodos anteriores, sobre todo porque se ha bajado la barrera de los 8.000 bebés. El año pasado solo vinieron al mundo 7.808 niños (en 2017 fueron 8.495, la diferencia es de 687).

Pero si la comparativa es con 2008, el resultado es aún más llamativo. Son 2.927 nacimientos menos que hace una década, pasando de los 10.735 de entonces a los 7.808 de ahora (significa un decenso del 27,2%).

¿Consecuencias? Según los propios datos del INE, en Extremadura en 2017 había ocho municipios llevaban como mínimo desde 2012 sin que se escuchara el llanto de un recién nacido. Concretamente son Capilla, El Carrascalejo, Descargamaría, Pedroso de Acim, Ruanes, Santa Marta de Magasca, Cachorrilla y Campillo de Deleitosa. La situación, en general, no ha mejorado en los últimos meses.

Además, 47 municipios de la región tenían censados menos de diez menores. Pueblos en los que es muy complicado ver a críos corriendo por la calle o jugando en los parques. Pueblos donde se cierran los colegios por falta de alumnos. Pueblos que van perdiendo vida, aunque aún resisten.

EL RETO / Precisamente el reto demográfico es uno de los principales frentes que tiene por delante el nuevo gobierno de Extremadura. En la comunidad el problema no llega al nivel de otras como Castilla y León, pero la región sí forma parte de lo que ahora se llama La España vaciada, una plataforma de diversas asociaciones que quieren poner el foco en esta realidad y que ya han protagonizado su primera manifestación en Madrid, en plena precampaña para las elecciones generales. Esa España rural tomó las calles de la capital para pedir servicios y atención a sus propias dificultades del día a día.

Pero el problema no solo está en los pueblos, también en las ciudades, como ocurre en Extremadura. Y aquí hay que volver de nuevo al análisis de los expertos para buscar el motivo: precariedad, inestabilidad, los tipos de contratos, los bajos salarios...