Siempre hay luces y sombras. Datos a priori positivos que si se analizan aparecen rápidamente las heridas de la crisis y la reforma laboral. El paro ha bajado en Extremadura en 17.200 personas en el último año, supone un descenso del 14,5%, y volver casi a niveles de cuando explotó la economía. Razones para el optimismo. No obstante, la mayoría de los contratos que se firman son temporales, parciales, que no permiten estabilidad alguna. Una precariedad difícil de combatir.

La tasa de desempleo extremeña se sitúa actualmente en el 20,4%. Significa que hay 101.600 personas que buscan trabajo en la comunidad.

Es la realidad que dibuja la última Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) referida al segundo trimestre de 2019.

MENOS ACTIVOS / Otro dato positivo que deja la EPA es que en este último año ha subido el número de ocupados en 15.550 personas (pasando de 379.400 a 394.900), lo que implica que hay más puestos de trabajo en comparación con 2018.

Aunque por otra parte también hay que poner el foco en que ha disminuido la población activa (aquella que está en búsqueda de empleo o ya trabajando) en 1.800 personas. Entre los motivos, el éxodo juvenil por la falta de oportunidades laborales.

REACCIONES / Las valoraciones con respecto a la última EPA son diversas. Para la Junta de Extremadura y el PSOE suponen «el mejor dato de empleo de los últimos diez años» y consideran que es «fruto de la buena gestión del Gobierno regional». Para la oposición (PP, Cs y Unidas por Extremadura) es necesario un cambio de modelo porque abunda el empleo temporal y porque los jóvenes se siguen marchando.

De precariedad y estacionalidad también hablan los sindicatos UGT y CCOO. Vuelven a alertar de que la creación de puestos se está levantando sobre esos cimientos.

Por su parte, desde la Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex), advierten de la pérdida de población activa en los últimos tres meses en la comunidad, mientras que en España, por el contrario, ha aumentado.