Mujeres que son vendidas como esclavas para ser explotadas sexualmente; porque la trata y la prostitución van de la mano. Son engañadas en sus países de origen, convencidas de que la realidad será diferente y que el mal trago pasará pronto. Pero empiezan a acumular una deuda cada vez más inasumible con sus proxenetas. Son exprimidas hasta que se consideran ya mayores y no rentables (cuando apenas han pasado los 30 años). Y entonces las abandonan a su suerte. Ocurre en los clubs de carretera. Pero también, y cada vez más, en pisos de alquiler, adonde se está trasladando este turbio negocio que mueve miles de millones de euros porque en una casa particular es más complicado hacer un registro. Hace falta una orden judicial.

En Extremadura hubo tres víctimas de trata con fines de explotación sexual durante el pasado año. Pero es solo la punta del iceberg, ya que muchos casos permanecen escondidos.

Desde el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), confirman a Efe que la explotación sexual ha cambiado la calle por las viviendas y negocios particulares y ello, sumado a internet, que «facilita el acceso a este tipo de delito», oculta los casos porque obstaculiza mucho la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado.

Por nacionalidades, la mayor parte de las víctimas que salieron a la luz el pasado año eran de Nigeria donde, apuntan en el Citco, «la trata es de base», esto esto, en el país de origen; pero, por primera vez, han irrumpido en los primeros puestos (en concreto, el segundo y el tercero, desplazando así a las rumanas) las mujeres de nacionalidad colombiana y venezolana, con 19 y 18 años de media. «La situación política de estos países y otros como Nicaragua determina que las mujeres sean personas en situación de riesgo. En muchos casos saben que van a ejercer la prostitución, pero desconocen las condiciones», subrayan las mismas fuentes.

¿Los proxenetas?

La principal nacionalidad de los detenidos por estos delitos fueron españoles, por encima de los rumanos o los nigerianos. El motivo es simple: la trata se suele detectar cuando ya se está cometiendo la explotación.

Por ello, a quien se detiene «es a los autores de la explotación como en cualquier grupo de crimen organizado. Hay personas en la oscuridad que trabajan desde otros países que son muy difíciles de detectar», aseguran desde el Citco.