La organización agraria Asaja Extremadura propuso ayer en el marco de la negociación del nuevo convenio del campo un control horario mensual para los trabajadores, en lugar de diario, a lo que el sindicato UGT-FICA se opuso rotundamente, por lo que no se llegó a un acuerdo en este punto. Asaja Extremadura se volvió a levantar de la mesa de negociación del campo al comprobar la «falta de espíritu negociador y conciliador» de los sindicatos, «como se ha venido produciendo en los últimos meses», según informó en un comunicado de prensa.

El presidente de Asaja Extremadura, Ángel García Blanco, señala que el «último ejemplo» ocurrió en el encuentro de ayer en Mérida, donde los sindicatos no aceptaron que sea un inspector de trabajo quien sea el encargado de «dar el visto bueno a una sola firma» de los trabajadores a la hora validar su jornada laboral.

Según la organización agraria, el sistema propuesto serviría para «agilizar la burocracia» ya que el trabajador firmaría «a final de mes o al final del contrato», y no diariamente como se viene produciendo hasta ahora, «pero los sindicatos siguen estando en una postura completamente obsoleta e impropia del siglo XXI». Ante esta situación, García tomó la decisión de no continuar con las negociaciones y abandonó la reunión, por lo que prevé que no se firme el convenio esta campaña.

Por su parte, el secretario de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT, Miguel Talavera, señaló a Efe que espera que las negociaciones continúen positivamente en la próxima reunión que será el día 12 de septiembre y que en «octubre haya ya confeccionado un nuevo convenio del campo».

Para Asaja, el campo se encuentra en una situación «inviable» puesto que los salarios han subido un 22% hasta los 900 euros, mientras que «no paran también de estar al alza los costes de producción», y «encima» los sindicatos proponen «volver a subir el salario mínimo interprofesional a 1.200 euros». Talavera valoró «positivamente» esta subida de los salarios pues llevan «cinco meses» trabajando en ello y por la cual los trabajadores cobrarán 46,34 euros por seis horas y media de jornada laboral, por lo que «ganarán 7,13 euros por hora».

La organización agraria también propone que la jornada laboral se aumente de seis horas y media a siete, un aumento al que UGT-FICA se opone por ser «una línea roja» por la que no van a pasar, de modo que es una cuestión que queda pendiente para la próxima reunión. Sí ha habido acercamiento en algunos puntos como la puesta en marcha de la tarjeta profesional agraria (TPA), que se entiende beneficiosa pues otorgará una formación «básica» a los trabajadores, así como el establecimiento de cinco categorías profesionales, detalló Talavera.