Que la economía mejora es evidente y el estómago también lo está notando. Las familias extremeñas gastaron en el año 2018 una media de 3.500 euros en llenar la despensa, lo que supone un incremento del 7% respecto al año anterior, cuando se gastaron 3.275 euros en comer.

Esta cantidad tampoco alcanza los niveles que se registraban antes de la crisis (en 2008 llegó a los 3.958 euros) pero en este caso también entran en juego otros factores como el auge de las marcas blancas (suponen el 40% del gasto en alimentación), que obligó a los distribuidores a bajar los precios y poner en marcha promociones más atractivas para hacer frente a la pérdida de poder adquisitivo en los años más duros de la crisis. Según datos del INE, las familias de la región gastan la mayor parte del dinero destinado a la alimentación en carnes (825 euros anuales, el 3,5% del presupuesto destinado a la despensa), a la que siguen el pan, los cereales y la pasta con 548 euros (2,34%).

Leche, queso y huevos copan el cuarto lugar con un gasto de 478 euros por hogar y el 2% del total del presupuesto destinado a alimentación. Por su parte, el pescado apenas copa el 1,61% de la cesta de la compra con un gasto anual de 377 euros por hogar. Lo mismo ocurre con las frutas, que suponen un gasto de 318 euros por hogar y el 1,36% de la cesta de la compra, o las legumbres y hortalizas con un 1,38% y un gasto anual de 324 euros.

Por lo que respecta a otro tipo de productos, cabe destacar que a café se destinan 76 euros anuales por hogar; al agua, los refrescos y zumos 165 euros y por su parte, a vino y cerveza 34 y 77 euros, respectivamente. En el último año, el gasto sube en casi todos los productos a excepción de bebidas destiladas, refrescos y pasteles. En el caso de la carne, la fruta, el pan y los cereales se dan los mayores aumentos.