El último estreno de la 65 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida devuelve la tragedia a su escenario milenario con 'Tito Andrónico', la obra más brutal de Shakespeare que profundiza en la naturaleza humana de la violencia y la venganza.

Este drama shakesperiano, en versión del dramaturgo Nando López y bajo la dirección de Antonio C. Guijosa, se representará del 21 al 25 de agosto en el Teatro Romano de Mérida para poner el "broche de oro" a esta "variada" edición del festival, ha destacado su director, Jesús Cimarro, en la presentación del montaje.

Esta obra, según ha explicado Guijosa, que debuta en el festival emeritense, ahonda en la belleza de la violencia porque hay algo en ella que "nos atrae y genera fascinación aunque intelectualmente nos repulse y me gusta poner en escena esa contradicción".

La propuesta representa momentos de crueldad y odio explícito como algo intrínseco en el hombre con lo que "debemos aprender a convivir para apartarlo, en lugar de convencernos de que no existe", ha subrayado su director.

El actor extremeño José Vicente Moirón, en el papel de Tito, y la actriz Carmen Mayordomo, en la piel de la reina goda Tamora, encabezan un reparto de trece actores que defenderán una paradójica tragedia que busca la belleza en la crueldad humana.

Moirón ha destacado que se trata de un trabajo "cocido a fuego lento", que no ha renunciado a la poesía y conserva el lirismo original, al tiempo que se preocupa por la mirada del espectador contemporáneo.

Por su parte, Mayordomo ha señalado que se inspiró en la realidad que muestra el telediario para preparar su personaje, ya que Tamora, una reina goda que pierde a un hijo de forma cruel y es recluida y humillada, podría identificarse con la realidad de una mujer refugiada de nuestro tiempo.

El autor del texto, Nando López, ha tratado de contar el hecho más atroz sin perder la belleza del texto original puesto que "quería evitar el moralismo y no releer los clásicos desde lo que nos gustaría que nos dijese", ha contado.

Para el dramaturgo, una buena adaptación es aquella en la que no se sabe donde acaban las palabras del original y donde empiezan las del adaptador. Por ello, ha conservado la "belleza poética" del texto que "está tejido desde la propia literatura para hablar de temas universales".

Nando López ha considerado "necesaria" la recuperación de este clásico que se ha representado en otras dos ocasiones en el festival, la primera en 1983 y la segunda en 2009, ya que trata sobre el instinto violento del hombre y cómo nos afecta.

"Tenemos muy claro lo que no hay que hacer pero caemos en ello una y otra vez", como los personajes de esta obra que son seres humanos y se cuestionan en qué momento podemos llegar a perder la humanidad.

A su juicio, el montaje plantea una reivindicación de la civilización como medida de contención de "lacras violentas" que se suceden en la actualidad porque sino, habrá "Titos y Tamoras que permitirán que siga muriendo gente en el mar y brotes neofascistas, racistas, populistas, homófobos o machistas".

Este espectáculo con sello regional es una coproducción del Festival de Mérida y la compañía extremeña Teatro del Noctámbulo, que ha presentado en el Teatro Romano de Mérida otras tragedias como Ayax (2012) y Edipo Rey (2014).