El proyecto europeo Biotrans, de gestión integrada de biodiversidad transfronteriza entre Extremadura y las regiones portuguesas de Centro y Alentejo, contempla la necesidad de acometer acciones de formación de buenas prácticas para la gestión de las dehesas. Así se desprende de la primera reunión celebrada por las entidades lusas y extremeñas participantes en este proyecto, cuyo fin es la gestión conjunta para la protección y conservación de los grupos biológicos y especies identificadas en la eurorregión Euroace.

Las entidades participantes consideran «urgente» aprovechar el recurso de la dehesa (pasto, labor y monte), pero siempre aplicando «buenas prácticas de gestión», informaron ayer fuentes de la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad de Extremadura. Además del Gobierno extremeño, en el proyecto Biotrans participa el Instituto da Conservação da Natureza e das Forestas de Portugal, la Universidad de Évora, la fundación CBD para la Conservación de la Biodiversidad y su Hábitat, y Quercus de Portugal.

Asimismo, en dicha reunión se remarcó la necesidad de implantar un sistema de información conjunto y, como reto común, la gestión de especies protegidas, con especial hincapié en la gestión de los hábitats y en los modelos de gestión forestal respetuosos con el entorno.

De hecho, la singularidad y diversidad ecológica existente a lo largo de toda la frontera, con extensos ecosistemas y áreas naturales protegidas, es uno de los factores valorados para la concesión de este proyecto europeo, el único hasta ahora otorgado en la totalidad del área transfronteriza España-Portugal.

En este sentido, el proyecto cuenta con un presupuesto de tres millones de euros, de los que el 75 por ciento es aportado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), y tiene un plazo de ejecución de tres años (2019-2021).

Esta eurorregión cuenta con importantes poblaciones de especies de aves, como el águila imperial ibérica, el águila perdicera, el buitre negro, el cernícalo primilla, la grulla común y la avutarda, entre otras, así como los últimos reductos de especies de mamíferos en peligro de extinción, como el lince ibérico, el desmán ibérico, o especies de quirópteros, como el ratonero forestal o los murciélagos mediano y mediterráneo de herradura.