La falta de una regulación para toda España y las numerosas trabas que han impuesto algunos municipios a los patinetes eléctricos han sumido en la confusión a muchos de los usuarios que se sienten en el ‘limbo’ a la hora de utilizar un medio de transporte limpio cuya expansión se empieza a frenar en las grandes ciudades. En Extremadura, Cáceres es la única ciudad que ha regulado ya la utilización de los vehículos de movilidad personal (vmp) que incluye a patinetes eléctricos, plataformas y ciclos de más de dos ruedas. El Ayuntamiento de Badajoz, por su parte, anunció que acometería la regulación al final de la pasada legislatura, pero no se llegó a dar ningún paso y no se ha dado por el momento; y tampoco hay normativa al respecto en Mérida. Y mientras tanto, el real decreto que debe establecer por dónde y en qué condiciones pueden circular, sigue congelado en un cajón de la Dirección General de Tráfico (DGT) hasta que se constituya el nuevo Ejecutivo central, algo que puede ocurrir ya en septiembre o demorarse unos meses más si se convocan nuevas elecciones.

«Ante la falta de regulación en Badajoz, yo le pregunté a la policía local cómo debía actuar y me dijeron que circulara ‘de forma responsable, como si fuera con una bicicleta», dice Sergio Casero, que utiliza cada día su patín eléctrico para desplazarse por la ciudad. «No entiendo cómo la mejor ciudad de Extremadura para utilizar este tipo de vehículos, no tiene aún una normativa que regule su uso», se queja.

La DGT ya anunció hace varios meses cuáles serían las líneas básicas de su regulación. España iba a ser un país pionero en Europa a la hora de establecer límites a un nuevo ingenio que parecía destinado a invadir las ciudades, con los consiguientes problemas de seguridad, sobre todo para los peatones. En los borradores que se fueron conociendo, el primer pilar era que quedaba terminantemente prohibida la circulación de patinetes por las aceras y las vías interurbanas. También, que se iban a limitar los aparatos para que no sobrepasaran los 25 kilómetros por hora, y que se practicarían controles de alcohol y drogas y se prohibiría el uso de auriculares y de móviles. Tampoco se permitiría transportar a más de una persona en ellos.

MUNICIPIOS con y SIN LEY / Fueron los propios municipios los que solicitaron a la DGT que aprobara una normativa nacional que ofreciera cobertura jurídica y uniformizara en cierta medida las regulaciones locales, pero la farragosa tramitación a que está sometido un real decreto impidió que estuviera listo antes de las anteriores elecciones y, al fracasar la primera investidura, la aprobación se ha retrasado todavía más.

En ese intervalo, muchas ciudades, como Cáceres, han aprobado sus normas. Todas tienen en común que se impide (con carácter general) circular por las aceras, aunque la normativa cacereña lo permite en aquellas que tengan más de cinco metros de anchura y estén debidamente señalizadas; pero siempre respetando la prioridad del peatón en esos casos. En aquellas ciudades en las que no hay una regulación específica los patinetes pueden (en teoría) circular libremente y a la velocidad que quieran entre los transeúntes o limitarse al carril bici, que si no está suficientemente desarrollado, deja sin espacios a los usuarios de este nuevo medio de transporte.

El grado de cumplimiento de la normativa es otra cuestión. «Es cierto que existe un gran desconocimiento sobre la normativa y que mucha gente ni sabe aún que existe», reconoce Javier Alves, uno de los primeros usuarios de patín eléctrico en Cáceres. De hecho, participó activamente en la anterior legislatura en la confección de la ordenanza actual. Alves atribuye a ese desconocimiento el hecho de que muchos usuarios del patinete sigan circulando por la acera. «Lo cierto es que es mucho más seguro para todos ir por la calzada, que es por donde se debe ir si no hay un carril específico», apunta.

Junto a eso, los ayuntamientos tampoco tienen muy clara la regulación y se confunden normas con recomendaciones o instrucciones, Desde que entró en vigor la ordenanza cacereña de vmp, a principios del 2019, solo se ha puesto una sanción en la ciudad por contravenir esta normativa, según los datos facilitados por el Ayuntamiento de Cáceres. Fue el pasado 28 de julio «por circular sin permiso de circulación y sin placa de matrícula», señalan. En todo caso, según los expertos (en base a la normativa actual) «en ningún caso» se puede exigir a un vmp, como un patín eléctrico, que porte matrículas y por tanto no se le puede sancionar por no hacerlo.

El limbo legal en el que se ha sumido esta alternativa de movilidad está teniendo sus consecuencias en algunas de las grandes ciudades, como Barcelona, que vivieron hace un par de años un boom de patines eléctricos. «Las trabas han hecho que mucha gente se desanime y este año ha habido un desplome», explica Raquel Álvarez, administradora de Cityboard, una empresa punteras de este sector en Barcelona. Su sensación, así, es que el patinete ha sido «una moda que está pasando» sustituida, el nuevo boom en ciernes al menos en las grandes urbes: la bici eléctrica.

En la región no hay cifras oficiales sobre el uso de patinetes eléctricos, porque no se exige por el momento ningún tipo de licencia para su uso privado (sí hay un registro para algunos modelos y potencias específicas) y la mayoría de los usuarios adquieren sus patines a través de internet. El grupo de Telegram (https://t.me/joinchat/CQBIWVLG6ANjJFzbuxWgQQ) que creó hace dos años Javier Alves en Cáceres con otros cuatro usuarios incluye ahora a 170 personas, principalmente de Badajoz y Cáceres, aunque estima que son muchos más los usuarios de patines eléctricos en la región.

¿y en europa?/La mayoría de los países europeos (algunos incluso habían pedido información a España sobre sus trabajos), han tomado la delantera y están aprobando normativas bastante avanzadas. Francia vetará en septiembre la circulación por la aceras y a más de 25 kilómetros por hora, mientras que en Alemania está prohibido que circulen a más de 20 kilómetros por hora y se impide que lo conduzcan los menores de 14 años desde julio. También se exige el mismo seguro del que allí deben disponer los ciclomotores y las bicicletas eléctricas de alta velocidad (45 kilómetros por hora).