Las excavaciones en el yacimiento tartésico del Turuñuelo, ubicado en Guareña (Badajoz), están paralizadas debido a las diferencias económicas existentes entre los propietarios del terreno donde está situado, que piden «una cantidad que sobrepasa completamente los límites del valor de la tierra», y la Junta de Extremadura. Así lo explica el responsable de este proyecto, Sebastián Celestino, quien señala que «después de cuatro años de trabajos en el yacimiento y sin haber tenido ningún problema con la propiedad, en 2018 cuando se concedió el Premio Nacional de Arqueología al proyecto Construyendo Tartesos que es el que lleva el yacimiento, los propietarios pensaron que tenía un valor superior al de la tierra en sí».

«Y ahí han empezado todos los problemas, piden una cantidad que sobrepasa completamente los límites del valor de la tierra y entonces hay una negociación abierta entre la Junta de Extremadura y la propiedad para ver cómo se hace esa compra del terreno», relata.

ESTUDIO DE LOS MATERIALES / A este respecto, Celestino lamenta que «de momento los trabajos están completamente paralizados» y que ellos «han aprovechado para seguir haciendo todo el estudio de los materiales que es bastante». «Pero todos sabemos que el trabajo de campo que suele ser de un mes o de dos meses es del que sale toda la documentación para luego estudiar durante el resto del año», añade este experto.

De este modo, sobre si hay posibilidad de llegar a un acuerdo, indica que él supone que sí, «sobre todo porque se está haciendo el expediente de Bien de Interés Cultural (BIC) para este yacimiento y en ese momento ya podremos seguir trabajando directamente sobre el lugar».

NEGOCIACIÓN / «Pero bueno, es una negociación que está llevando a cabo la Junta con la propiedad, pero esperemos que termine bien», manifesta al tiempo que resalta que ellos cuentan con una subvención por parte de la Diputación de Badajoz y tienen el dinero del Premio Nacional de Arqueología con el que pueden «hacer una investigación durante varios años».

Asimismo, también cuenta con el «apoyo» de la secretaría general de Ciencia y Tecnología de la Junta por lo que «no es un problema de dinero, es un problema de incompatibilidades entre lo que piensa la propiedad y lo que piensa la Junta, que yo creo que ha hecho una oferta bastante generosa», asevera.

El responsable de este proyecto recuerda que se comprometieron con la Junta a que «en tres años aproximadamente» se pudiera hacer la visita pública al yacimiento, si bien las excavaciones no van a poder terminar porque llevan «el 20% de la superficie»; pero seguirían trabajando mientras la gente lo visita puesto que el lugar «es muy espectacular».

Sobre el yacimiento, Celestino explica que se trata de un «edificio monumental que se conserva estupendamente» y que «da las pautas de las nuevas técnicas arquitectónicas de la época, de cómo se hacían los rituales, es decir, es una fuente de información magnífica sobre los Tartesos».

GRAN CONSERVACIÓN / A este respecto, recuerda que en este edificio se conservan las dos plantas: «Es una cosa muy extraña o extraordinaria ya que estamos acostumbrados a ver cimientos e imaginar como es un edificio de esta época pero en este caso tenemos el edificio entero que nos está dando todas las pautas de cómo vivía, cómo era la sociedad tartésica».

Además, Sebastián Celestino apunta que lo que más ha trascendido de este yacimiento es «el gran sacrificio de animales que aparece en el patio, ya que son casi 70 animales sacrificados».

También ha aparecido un humano, «es una inhumación, algo muy raro en esta época en la que se hacían generalmente incineraciones», detalla el responsable del proyecto.