«En Extremadura te puedes adaptar a vivir con poco y en algunos casos, si la pareja ha trabajado varias campañas agrícolas, con los subsidios de los 400 euros cada uno, una familia puede llegar a vivir unos meses», dice Francisco Mulero, que lleva 24 años trabajando en el campo y de ellos 21 ha estado como eventual. Hace casi tres años se integró en la plantilla de la empresa agrícola en la que antes había hecho «de todo» y siempre con la categoría de peón agrícola, la más baja. «En el campo todos son peones agrícolas y eso supone que antes de la subida del salario mínimo (los datos del informe de la Agencia Tributaria lo) ganabas unos 900 euros brutos, que se quedaban en 820 euros, y eso sin tener pagas extraordinarias o vacaciones», afirma este empleado que es además delegado de personal.

El informe de Trabajo y Pensiones de las Fuentes Tributarias sitúa el salario medio en el campo por debajo de los 6.000 euros, lo que supondría algo menos de 500 euros mensuales. ¿Se vive con eso en el campo? «La cuestión es que hay personas que trabajan cien días al año, como jornaleros, en algunas campañas y el resto del tiempo van tirando con los subsidios hasta la siguiente campaña», explica.

Más o menos esa es la dinámica laboral de Anabel Herrera, aunque en su caso, suele trabajar unos nueve meses al año. Acaba de irse al paro. Un mes «bueno» se lleva unos 900 euros a casa, eso sí, trabajado 160 horas, seis días a la semana descansando únicamente los sábados, y haciendo horas extraordinarias, que se pagan mejor (solo por ir a trabajar un domingo suma casi 100 euros a la nómina de ese mes) en los invernaderos de pepino en los que trabaja en la zona de Don Benito.

Y se da por satisfecha, porque antes de empezar a trabajar en el sector agrícola, lo hacía en la hostelería, donde no llegó nunca a esas cifras a pesar de encontrarse con jornadas laborales de 14 o 15 horas y horarios imposibles de llevar. Ahora lo normal es que trabaje entre las seis de la mañana y la una y cuarto de la tarde, aunque en ocasiones se adaptan los horarios en función de las horas de sol y el calor.

En su caso, lo máximo que ha llegado a cobrar ha sido 1.200 euros, este año, cuando se hizo efectiva la subida del salario mínimo y la empresa en la que trabaja como eventual le abonó todos los atrasos acumulados. Pero lo normal es que el salario ronde los 800 euros o 700 en las épocas con menos actividad. «Entre campañas te mandan a casa. Y si no trabajas, no cobras», resume.