Liberbank, el banco en el que quedó integrada Caja Extremadura y cuya plantilla suma ya más de un lustro encadenando Expedientes de Regulación de Empleo, volvió a plantear ayer un nuevo ajuste laboral a la representación sindical. Entre otras medidas, la entidad puso encima de la mesa un recorte salarial anual que iría del 5% al 8,75% para los sueldos por encima del convenio, lo que afectaría a unos dos tercios de los trabajadores, según apuntaron fuentes sindicales. El recorte se aplicaría entre el 2020 y el 2022 y no conllevaría reducción horaria, a diferencia de lo que había ocurrido hasta ahora. De hecho, a partir del año próximo se recuperaría la apertura de oficinas los jueves por la tarde. Durante este mismo trienio se prescindiría de las aportaciones a los planes de pensiones.

En la reunión de ayer con los sindicatos, la primera para negociar este nuevo ERE, Liberbank también avanzó su intención de suprimir de forma definitiva determinados beneficios sociales y condiciones salariales que existían en cada una de las cajas de origen (además de Extremadura, Cantabria, Cajastur y Castilla-La Mancha). Entre ellas, seguros de vida y de salud, cuentas remuneradas o pagas de nacimiento, matrimonio y defunción. Estas últimas, como las ayudas familiares que también pretende eliminar, afectarían en particular a los trabajadores procedentes de Caja Extremadura.

Igualmente, se planteó el descuelgue durante tres años del convenio, lo que acarrearía la inaplicación de este plus y de las ayudas de estudios y para la formación y guardería de los hijos de empleados. La movilidad geográfica en los posibles cierres de oficinas, la reordenación de los servicios centrales y establecer jornadas singulares en determinados lugares estratégicos, son otras de las pretensiones de la entidad.

El banco, que cuenta con una plantilla de alrededor de medio millar de empleados en la región, justifica este ERE en las actuales condiciones del mercado y en el impacto que en sus márgenes está teniendo la política monetaria de tipos bajos.

«Liberbank es un claro ejemplo de mala gestión, que no se arregla recortando derechos a los trabajadores», criticó ayer Miguel Ángel Rodríguez Castellano, secretario general del sindicato Sibank en esta entidad, que aseguró que la plantilla de Liberbank es, «objetivamente hablando, la más productiva del sector y la peor pagada». Además, recordó que, «sin acuerdo con los sindicatos, no cabe el descuelgue de convenio ni la suspensión de beneficios sociales».

Desde UGT, se calificó como «inaceptables» las medidas anunciadas por el banco y se confió en que para la próxima reunión, que será el martes próximo, «nos traigan propuestas que reconozcan el esfuerzo de la plantilla después de más de seis años de EREs encadenados». En esta misma línea, la sección sindical de CSIF, subrayó «el esfuerzo» que han realizado los trabajadores durante este periodo y achacó a la «gestión poco previsora» de los directivos de la entidad su actual situación.