No está indicado en todos los casos ni tampoco es la solución única a la obesidad. La cirugía bariátrica, también conocida como cirugía de control de peso, es uno de los procedimientos más efectivos en los casos más complejos de obesidad mórbida, una patología que supone un grado extremo de exceso de peso, debido al depósito excesivo de grasa. También se pueder llevar a cabo en otras personas obesas que, sin llegar a tener un índice masa corporal (IMC) superior a 40 (a partir del cual se considera mórbida), tienen otros problemas asociados (uno o más comorbilidades susceptibles de mejorar tras la pérdida de peso) que hacen recomendable esta intervención.

En Extremadura, el exceso de peso afecta a casi el 60% de la población, pero un 19,3% presenta obesidad (cuando el índice de masa corporal supera 30). Y entre estos hay casos más complejos, para los que están recomendados pasar por el quirófano. Es lo que hicieron el año pasado un centenar de personas, según los datos facilitados por el Servicio Extremeño de Salud (SES). Y es también lo que están esperando hacer otros 150 pacientes extremeños, que se encuentran actualmente en lista de espera en el sistema sanitario público para someterse a una cirugía bariátrica. Esta operación se realiza en tres hospitales del SES, en Mérida, Badajoz y Plasencia.

UN SEGUIMIENTO / Se trata de una intervención compleja que requiere también un compromiso de seguir unas normas de seguimiento tras la operación. «La cirugía bariátrica es un fracaso si no lleva aparejado cambios de alimentación y práctica de ejercicio físico», apunta David Peñalver, endrocrino del Hospital Virgen del Puerto de Plasencia. «No se puede transmitir la idea de que no voy a llevar buenos hábitos en mi día a día porque si luego engordo me puedo operar y punto. No», sostiene este facultativo especialista.

La cirugía está solo para los casos más complicados y cuando otros tratamientos controlados por especialistas han fracasado. En este sentido, según informa el SES, a la hora de incluir a un usuario en la lista de espera para este tipo de intervención se siguen en la región los criterios aprobados por la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad y Enfermedades Metabólicas (SECO). Para ser candidado a este tratamiento quirúrgico se requiere que el paciente tenga entre 18 y 65 años, que supere el índice de masa corporal de 40 o de 35 en el caso de que tenga una o más enfermedades asociadas susceptibles de mejorar como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, síndrome de la apnea obstructiva del sueño, enfermedad cardiovascular, infertilidad, pseudotumor cerebral, asma, incontinencia urinaria grave o «calidad de vida severamente deteriorada a cauda de la obesidad». También se tiene en cuenta que la obesidad mórbida sea de larga duración (de 3 a 5 años), que haya fracasado el tratamiento dietético controlado por un especialista, que no haya trastornos endocrinos que causen esa obesidad, ni hábitos tóxicos ni alteraciones psiquiátricas mayores, retraso mental o trastornos del comportamiento alimentario. «En casos de trastornos de ánimo y ansiedad, trastorno por atracón y síndrome de alimentación nocturna deben tener tratamiento adecuado de salud mental y ser controlados estrictamente», según recoge el Protocolo para Actuación en Pacientes con Obesidad Mórbida y Cirugía Bariátrica, elaborado en el Área de Salud de Mérida.

LA PREVALENCIA / Precisamente hoy se celebra el Día Mundial contra la Obesidad y Extremadura, según la última Encuesta Nacional de Salud (2017), es la cuarta región española con la mayor prevalencia de obesos (el 19,7% tiene un índice de masa coporal superior a 30, aunque luego hay otro 38,1% de la población que tiene sobrepeso, con un IMC de 25). Le superan tres comunidades: Asturias (21,68% de obesos), Andalucía (21%) y Castilla-La Mancha (20,32%).

Los expertos avisan de los problemas de salud asociados a un peso por encima de lo saludable: diabetes, hipertención, apnea, colesterol... y un mayor riesgo de sufrir enfermedades y accidentes cardiovasulares. Y ante eso solo existe una receta: llevar una alimentación sana y hacer ejercicio físico.