El presidente de la Junta de Extremadura y secretario general del PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha informado de que el Ejecutivo regional enviará los Presupuestos Generales de la comunidad al parlamento autonómico antes de que finalice este mes de noviembre.

En esta línea, Fernández Vara ha reconocido que las cuentas extremeñas adolecerán de «mucha información» al no poder disponer de datos nacionales y porque no cree que haya Presupuestos Generales de Estado «antes de abril» del 2020.

«Habrá gobierno antes de Navidades, luego habrá que pactar unos presupuestos adecuadamente, con lo cual estaremos en abril o mayo como tiempo para que pueda haber presupuestos, en cuyo caso no haremos los presupuestos que nos gustaría poder hacer si hubiera un gobierno en Madrid», ha indicado el presidente autonómico a preguntas de los medios.

Así, ha dicho que, en concreto, mañana miércoles presentará las cuentas a la Comisión Ejecutiva Regional para a partir de ahí enviar las cuentas al parlamento la próxima semana o la otra, ha aseverado.

El Estatuto de Autonomía de Extremadura establece que el anteproyecto de ley de presupuestos debe llevarse a la Asamblea antes del 15 de octubre, pero el Consejo de Gobierno acordó un día antes comunicar al Parlamento que no se presentarían ante la falta de concreción de algunos elementos «muy esenciales». «Carecemos de datos exactos sobre las entregas a cuenta. Algunas dudas se han resuelto, pero no todas», dijo entonces Pilar Blanco-Morales, vicepresidenta económica del gobierno extremeño.

EN ENERO // Blanco-Morales ha reiterado en distintas ocasiones que la intención de la Junta es que las cuentas puedan entrar en vigor en enero a pesar de este retraso. Para ello, el intercambio de información con el Ministerio de Hacienda debe ser periódico y fluido estos días.

La concreción en las cifras es esencial no solo para elaborar un presupuesto lo más afinado posible, sino también para cumplir los objetivos de déficit. Algo que se considera muy importante en un contexto económico como el actual, donde «no se puede hablar de recesión pero sí de enfriamiento», matiz que se contempla en el seno del gobierno autonómico.

Queda descartado acompañar los presupuestos autonómicos del 2020 con una ley de medidas fiscales, lo que implica que los impuestos no se tocarán.