Los agricultores extremeños estallaron ayer en Don Benito en protesta por la baja rentabilidad de sus explotaciones y para reclamar unos precios justos para el campo y defender el sector primario. El estallido tuvo un símbolo: arrancar la puerta de las instalaciones de Feval (que debe de pesar cientos de kilos) de su anclaje en hormigón y echarla abajo. Junto a ella se llevaron por delante algunos metros de la valla perimetral del recinto ferial.

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Fue el punto culminante de una movilización que arrancaba tres horas antes de manera pacífica en la estación de autobuses de Don Benito y que acabó con cargas policiales hacia algunos manifestantes en las mismas puertas del recinto ferial.

Unos 7.000 agricultores se dieron cita en esta jornada de protesta, según aseguraron los colectivos convocantes (UPA, Asaja y COAG), que lamentaron los incidentes que se registraron y condenaron los mismos.

Es más, quisieron dejar claro en no hacerse responsables de dichos incidentes al ser provocados por la actitud de un «grupo de incontrolados» que no representan a los miles de agricultores y ganaderos que se manifestaron y que día a día se dejan la piel trabajando en el campo. «No somos partidarios de actos violentos para reivindicar nuestras acciones, ya que como consecuencia de los mismos salieron heridos agricultores y ganaderos que han acudido de manera pacífica a la convocatoria», añadieron las Opas.

UPA, Asaja y COAG lamentan profundamente los daños sufridos por agricultores y ganaderos por la carga policial que se efectuó desde las fuerzas y cuerpos de seguridad contra personas que estaban protestando para defender su futuro y el de sus familias.

La protesta se inició en la avenida Alonso Martín de Don Benito con un kilómetro por delante hasta su conclusión en la puerta principal de Feval. La manifestación iba encabezada por una pancarta ‘Juntos por un campo con futuro. Defendamos lo nuestro’ con representación de UPA-UCE, Asaja Cáceres, COAG y Apag Extremadura Asaja.

Detrás, múltiples pancartas de municipios adheridos a la movilización y otros colectivos como Agryga de Villanueva de la Serena, varias cooperativas y la asociación de defensa del sector primario en Extremadura (Aseprex).

Al llegar a la confluencia con la avenida de Europa se sumaron a la manifestación cientos de personas movilizadas por La Unión, formación liderada por Luis Cortés. Todos juntos marcharon por la avenida Torre Isunza de Don Benito hacia el acceso principal de Feval.

Dicho acceso se encontraba cerrado para los manifestantes, que comenzaron a concentrarse en los aledaños. Un fuerte cordón policial con unidades antidisturbios y furgones custodiaba la enorme y pesada puerta metálica de entrada. Era la hora aproximada en la que estaba previsto el acto de inauguración de Agroexpo, acto que tuvo que suspenderse, sustituyéndose por una rueda de prensa a los medios de comunicación asistentes, ya que la actividad en los pabellones era nula en esos momentos. Primero por la adhesión de la práctica totalidad de empresas a la protesta y segundo porque los visitantes habituales de un certamen de estas características estaban fuera manifestándose.

Inmediatamente después comenzaron a adelantar líneas los agricultores, cuya avanzadilla llegó hasta las mismas barbas de los agentes antidisturbios, que retrocedieron hasta la misma puerta del recinto perimetral. En ese momento aumentó el ruido de bidones, ejerciendo de improvisados tambores, bocinas y demás elementos de percusión, a la vez que se incrementaba el propósito de los manifestantes de acceder al recinto.

CARGAS POLICIALES / Fue entonces cuando se produjeron las cargas policiales más cruentas, con agentes, porra en mano, sobre algunos agricultores. Se produjeron algunos heridos y la carga, lejos de apaciguar, envalentonó aún más a los manifestantes, que arrojaron huevos y otros objetos al cerco policial, impactando algunos incluso contra los cuerpos de algunos informadores que nos encontrábamos en primera línea.

Mientras los líderes de algunas organizaciones agrarias apelaban a la tranquilidad desde un escenario cercano, muchos manifestantes desoían dicho llamamiento, presionaban cada vez más el cordón policial e incluso recriminaban a los líderes organizadores su no presencia en primera línea, frente a la Policía. Así se lo hacía saber Juan Francisco Rodriguez Chamorro, uno de los líderes de la asociación Aseprex. La cosa se calentó hasta el punto en que hubo un momento en el que el propio presidente de Apag Extremadura Asaja, Juan Metidieri, en su intento de mediar, fue zarandeado por un grupo de manifestantes.

Habían transcurrido unas tres horas desde el inicio de la protesta y a esa hora el mayor empeño de los manifestantes era romper el cordón policial de la puerta perimetral de Feval y acceder al centro tecnológico. Mientras todo eso ocurría, el ministro de Agricultura, Luis Planas, y el resto de autoridades se habían marchado de Feval por otra puerta distinta a la principal, tras atender solo a la prensa, pero sin realizar visita a los pabellones.

CHAMORRO, LA VOZ CANTANTE / Fue entonces cuando, con relajación policial ya incluida, los manifestantes echaron la puerta del recinto perimetral abajo y accedieron a las mismas puertas del centro tecnológico. En la escalinata del edificio, los manifestantes formaron una gran algarabía de forma pacífica, al tiempo que correaban lemas en defensa del campo.

«Nuestra lucha no va contra vosotros -llegaron a decir señalando a la Policía, sino contra los políticos», al tiempo que la multitud rompía en aplausos mirando a los agentes. Chamorro, erigido en líder espontáneo de la revuelta, se dirigía a los presentes, micrófono en mano y subido improvisadamente a hombros. «Esto es la mecha de una movilización nacional. Nuestros productos no valen nada y no aguantamos más», pronunciaban entre aplausos en la escalinata de Feval; todo ello antes de que el propio Chamorro simbolizase en un abrazo con los agentes el reconocimiento a la labor policial.