Armando Bastida, enfermero de Pediatría, autor de Sana, sanita y responsable del proyecto Criar con sentido común, recuerda que los derechos del niño hospitalizado incluyen el de estar acompañado de sus padres o de la persona que los sustituya el máximo tiempo posible, siempre y cuando su presencia no interfiera en el desarrollo de los procedimientos médicos. Bastida considera fundamental el acompañamiento paterno o materno no solo en las operaciones quirúrgicas sino en analíticas, ecografías o radiografías pero que también provocan temor en los menores y donde los progenitores pueden contribuir mucho a calmarles.

Hace años, Bastida acompañó a uno de sus hijos de 4 años a que le realizaran una analítica en un centro de salud. «El papá espera fuera», le espetó un sanitario. Bastida y su mujer se negaron porque no querían separarse de su pequeño y llevaron el caso al Defensor del Pueblo, que, tiempo después, les dio la razón y confirmó que los menores deben poder ir acompañados por sus padres a las pruebas médicas, aunque con matices. «Los niños sufren mucho cuando no entienden algo y ellos no son capaces de comprender que papá o mamá les dejen rodeados de desconocidos que le están haciendo cosas que no le gustan», añade el enfermero y divulgador.