El edificio administrativo Mérida III Milenio que la Junta de Extremadura posee en la capital extremeña contribuye cada año a reducir la emisión de casi 600 toneladas de CO2 a la atmósfera. Además de su singularidad desde el punto de vista arquitectónico, el inmueble destaca por disponer de innovadoras soluciones tecnológicas destinadas a contribuir al ahorro energético y, con ello, a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según explica la Junta, del complejo destaca la instalación de geotermia, una planta fotovoltaica, una caldera de biomasa y los micro-cogeneradores, además de otras soluciones tales como el encendido y apagado automático de la iluminación interior y exterior, sondas para regulación automática de luz interior y detectores de presencia en las zonas de tránsito. La instalación de geotermia es «pionera» en su concepción, se ejecuta mediante intercambiadores tierra-aire y tiene su fundamento en la temperatura casi constante del subsuelo (15ºC).

Para ello, se hace pasar aire a través de una serie de tubos enterrados a una profundidad de 14 metros, de modo que se produce un intercambio de energía entre el subsuelo y el aire impulsado y se consigue una reducción de la temperatura de este último. Esto supone un ahorro aproximado del 35% de la energía eléctrica necesaria para la climatización del edificio y, por tanto, una reducción de las emisiones indirectas de 112 toneladas de CO2 anuales.

Además, el edificio dispone de una planta fotovoltaica, con 300 Kw de potencia pico, que provoca un ahorro medio anual en la factura eléctrica del 18%, a la vez que contribuye a una reducción de las emisiones indirectas de 276 toneladas de CO2 anuales. Desde abril del año pasado, cuando empezaron a funcionar estas placas fotovoltaicas, la Consejería de Educación y Empleo, que es la que gestiona el edificio, ha ahorrado unos 60.000 euros en la factura energética. Otro de los sistemas de eficiencia que utiliza el edificio es la microcogeneración, que consiste en máquinas de explosión alimentadas con gas natural para el calentamiento del agua sanitaria. Por su parte, la calefacción del edificio se realiza mediante una caldera de biomasa de 500 Kw que está alimentada con astilla de madera. Económicamente, el uso de la biomasa supone un ahorro económico del 30% sobre las calderas convencionales de gas.

Este edificio funciona desde el año 2013 y está constituido por seis módulos independientes. En él trabajan unas 1.500 personas de las consejerías de Educación y Empleo, Hacienda y Administración Pública, y Cultura, Turismo y Deportes.