A los interrogantes que acompañan cada temporada al desarrollo de la campaña de la fruta (climatología, salarios, rentabilidad…) se une también este año la incertidumbre generada por la pandemia del coronavirus y cómo afectará el contexto actual a la disponibilidad de mano de obra, pero también a la situación de los mercados en los que se mueven algunos de los productos como la ciruela o el melocotón.

En el sector preocupa si se podrán realizar con normalidad las primeras tareas que se inician en una semana con el clareo de los frutales y especialmente si encontrarán mano de obra suficiente para cuando se inicie el grueso de la recogida, que se espera que dé comienzo a finales de abril con la recogida de la cereza. «Ya estamos teniendo algunas dificultades por las restricciones en el transporte. Porque no se permite viajar a más de dos trabajadores por vehículo y a los que viven en pueblos que están a 40 o 50 kilómetros de la finca, no les sale rentable si no pueden compartir los gastos de los traslados. Eso sí puede suponer un problema si se mantienen las restricciones cuando se inicie la campaña», reconoce Miguel Ángel Gómez, gerente de Afruex.

«El problema no es inminente y por eso la situación no es grave de momento. Pero estamos expectantes por lo que puede suceder cuando se incremente la demanda de mano de obra en la fruta», señala también el presidente de Apag Extremadura Asaja, Juan Metidieri. Extremadura no suele depender de mano de obra extranjera como sí sucede en otras campañas en Anda lucía, Aragón o Cataluña que ya están teniendo problemas. Pero temen cómo puede afectar todo eso al pico de demanda de jornaleros, no solo para las tareas de clareo o la plantación de tomate que se iniciará en una o dossemanas, sino sobre todo, para la recogida, a finales de abril y sobre todo a Los partir de mayo.

Incentivos

IncentivosDesde UPA-UCE piden por ello que se perfilen medidas para incentivar que la gente que pierda sus trabajos en la coyuntura actual se pueda incorporar al campo: «La mano de obra paralizada ahora en sectores como la hostelería se puede aprovechar en el sector agrario», defiende el secretario general de la organización, Ignacio Huertas. «La situación es complicada y preocupa el impacto que puede tener en la actividad de los próximos meses». Junto a ese problema, la organización agraria también denuncióayer las dificultades que atraviesan ya en sectores como el ovino, el caprino o el vacuno por una caída de precios que juzgan interesada por el mercado.

A priori en el sector de la fruta tienen buenas perspectivas en cuanto a los cultivos que están más avanzados como el de la cereza (si no se produce ningún fenómeno meteorológico adverso en los próximos días como heladas, granizo o tormentas) y para el resto de cultivos también la situación es de normalidad. Sí se espera, en todo caso, un descenso de la producción porque el año pasado se arrancaron unas 2.400 hectáreas de cultivo (un 20% del total) por la pérdida de rentabilidad.