Las farmacias no están haciendo negocio con las mascarillas. Lo rechazan de forma tajante los dos colegios de profesionales de la región, que representan a los 680 establecimientos que hay en Extremadura, frente a las críticas que desde hace dos semanas les llegan de clientes por el elevado precio que legan a alcanzar este tipo de productos. Reconocen que en la situación actual el precio se ha disparado en muchos casos pero rechazan que la causa sea que ellos lo estén inflando y aseguran que más bien al contrario, no le ganan nada. ¿Donde está el problema entonces?: en el mercado y las dificultades que ellos y sus proveedores habituales se están encontrando para atender una demanda disparada de forma exponencial con una oferta muy limitada. La alternativa que tienen para conseguir mascarillas es aceptar las ofertas de otras empresas ajenas al sector, que están importando. Pero si lo hacen debe ser con las reglas del mercado y eso incluye el precio.

«No podemos estar buscando mascarillas como chamanes, en cualquier mercado, de cualquier manera y a cualquier precio. Porque no sabes de dónde viene, no conoces la calidad ni la garantía. No vamos a entrar ahí porque somos un establecimiento de interés público que tenemos unas normas, obligaciones y responsabilidades. Pero tampoco entiendo las quejas porque le hayan cobrado 12 euros por una mascarilla. Si es así, no la compres», argumenta el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Cáceres, Pedro Antonio Claros. De hecho en su establecimiento, en el que trabajan seis personas, ninguna tiene mascarilla en estos momentos «porque no hay», insiste.

Demanda escasa

Demanda escasaLa psicosis de las mascarillas se ha desatados en los dos últimos meses. Hasta entonces eran productos con una demanda escasa y estacional (asociada a la primavera por la alergia). Con la crisis del coronavirus, las cooperativas farmaceuticas (Bidafarma, Cofares y Aliance Healthcare) y otros pequeños proveedores, las agotaron en pocos días y no han logrado reponer existencias desde entonces.

«No tenemos ni una mascarilla en Cáceres», corrobora el gerente del almacén de Bidafarma en la ciudad, Gonzalo Sesma. A nivel nacional, el grupo tiene pedidos por 15 millones de unidades para sus 32 almacenes, principalmente con proveedores de China, que son los que tienen capacidad de abastecer ahora. Pero llegan con cuentagotas y en muchos casos se quedan retenidas en las aduanas por las autoridades sanitarias, para priorizar su uso en el personal sanitario.

Ante esa situación, los proveedores que salen son los que están fuera del canal farmacéutico. «En alguno casos nos cuadruplican el precio. No podemos comprar mascarillas a cualquier precio y entrar en el juego de la especulación. No podemos ofrecer a la farmacia algo que no se puede vender a un precio normal», razona Sesma. La patronal de la sistribución farmacéutica, Fedifar, ha alertado esta semana de las dificultades que están encontrando en un mercado «especulativo y falto de garantías», según un comunicado de su presidente, Eladio González. Sesma confía en que, a pesar de los problemas, la situación pueda comenzar a estabilizarse, y en el plazo de una o dos semanas puedan estar ya recibiendo las primeras unidades a un precio normal.

Las boticas confían también en ese plazo. «Este no es un negocio lucrativo para las farmacias. El 99,99% de los farmacéuticos no le sacan dinero a las mascarillas que venden, porque lo están comprando ahora al precio de mercado. Y a pesar de ello y del esfuerzo que estamos haciendo, la sociedad nos critica por el precio de las mascarillas», lamenta Cecilio Venegas, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz.

Recuerda que la organización se ha ofrecido a repartirlas gratis si se las proporciona Sanidad y también ha recomendado a los colegiados que si no se pueden vender a precio de mercado, es mejor que no lo hagan.

Control

ControlJunto a eso a partir de la próxima semana el Colegio de Farmacéuticos de Badajoz monitorizarán las existencias de mascarillas, geles y guantes en las boticas de la provincia. En el caso de Cáceres, no contemplan hacer un seguimiento a las existencias puesto que no son productos sanitarios (no son medicamentos) y por tanto no es obligatorio que las farmacias dispongan de ellos.

«Me piden 3 € por algo que vendes a 1 o 2 €»

En la farmacia de María Esther Colino, en Plasencia, su responsable de compras lleva días buscando la forma de atender los pedidos de las 500 personas que tienen en una lista de espera de mascarillas que no ha parado de engordar. Eso en el caso de las quirúrgicas,. Hay otras 100 personas para las de FFP2 y otro centenar que quieren guantes.

«No tenemos mascarillas y nos buscamos la vida como podemos, porque nuestras cooperativas lo tienen muy acotado y tenemos que buscar a través de otras distribuidoras o laboratorios, que nos planten unos incrementos de precios impresionantes», afirma María José Marcos, la encargada de la tarea. «Algunas distribuidoras me han llegado a ofrecer las mascarillas quirúrgicas por tres euros. Eso no lo puedes aceptar, cuando lo normal es que lo vendas entre uno y dos euros», cuenta. En su caso, de hecho, lo rechazó

Tampoco aceptó otro farmacéutico cacereño que pide no desvelar su identidad. «Es una situación muy desagradable. Los clientes te demandan, pero no tienes forma de atenderlo. Pero al mismo tiempo te llegan cada día decenas de ofertas de empresas que ni conoces. Es una situación de total desconfianza. Si pides, no sabes a quién lo estás haciendo», subraya.