El sector agroalimentario, el principal propulsor de las exportaciones extremeñas, no solo las mantuvo en marzo, cuya segunda quincena ya transcurrió con la declaración del estado de alarma, sino que hizo que aumentaran un 12,9% en relación al mismo mes del 2019,

con más de 172 millones de euros facturados. Extremadura fue la única comunidad autónoma en la que el comercio exterior tuvo un comportamiento positivo en el tercer mes del año, mientras que en el total del país la pandemia hizo que se hundiesen un 14,5%, hasta los 21.769 millones.

La agroalimentación tiene un peso de alrededor del 50% en las exportaciones regionales, por lo que suelen marcar su tendencia.

Y es lo que ocurrió en marzo. Con 82,2 millones de euros facturados, su venta avanzó un 26,8% interanual. A nivel nacional también lo hizo en un 12,9%, si bien este comportamiento no fue suficiente para compensar las caídas en otros segmentos de actividad relacionados con la industria y el consumo.

El automovilístico llego a desplomarse un 33,7%.

Dentro del capítulo de alimentos, bebidas y tabaco, especialmente positiva fue en la comunidad autónoma la evolución de las frutas y hortalizas, con un auge del 40% y más de 82 millones de euros vendidos. A falta de conocer los datos con más detalle, Ramón Montero de Espinosa, director territorial de ComercioICEX en Extremadura, atribuye «en su mayor parte» este crecimiento probablemente al sector del concentrado de tomate, por el buen comportamiento que tuvieron las salidas de este producto en marzo.

También fueron reseñables los crecimientos de las semimanufacturas no químicas, con 42,5 millones de euros exportados y una mejora del 8,6%, y la de los productos químicos, con un volumen de negocio de 13,6 millones de euros, y un incremento del 42,9%. En este último caso, el alza tan significativa tiene su origen en el envío de fármacos al exterior —solo venta, la producción es irrelevante en Extremadura—, que se dobló con creces (127,2%) hasta rondar los cinco millones de euros. «Al ser esta una actividad esencial, no ha sufrido el parón de otros sectores de la producción de bienes y, sobre todo, de la prestaciones de servicios», aclara Montero de Espinosa.

Con el buen comportamiento de marzo, las empresas extremeñas completan un primer trimestre del año con un incremento interanual de las exportaciones del 28,3%, hasta los 572,3 millones de euros, el mejor del país, donde caen un 3%. ¿Qué puede ocurrir en el resto del 2020? «De aquí a final de año es difícil hacer previsiones, pero dado el tipo de exportación extremeña, muy centrada en el sector agroalimentario y no tener subsectores exportadores con peso muy dependientes de la restauración y hostelería, como por ejemplo los vinos, la caída en las exportaciones muy probablemente será de menor cuantía que en el conjunto del país», considera Montero de Espinosa. No obstante, puntualiza, «es evidente que la situación deja de ser la ideal ya que al final todo esto influye de una u otra manera, en la logística, temas de personal o productividad que puede verse afectada al tener que mantener una serie de requisitos sanitarios».

En este sentido, recuerda que no será hasta tener las cifras de abril cuando se pueda medir en su totalidad el impacto del covid-19. «Habrá sectores en los que la caída sí ha sido importante, por ejemplo el automóvil, en los que la parada ha sido casi total, con lo que las empresas auxiliares que tenemos aquí van a acusar el golpe y lastrar al total», apostilla.