La incidencia de los ciberdelitos continúa creciendo a una velocidad de vértigo. De acuerdo a los últimos datos que ha publicado el Ministerio del Interior, el año pasado se tuvo conocimiento en la comunidad autónoma de 3.049 infracciones penales cometidas dentro de este ámbito. Una cifra que supone un 21% más que el año anterior, el doble que hace dos y que multiplica por más de tres la de hace un lustro, cuando en el 2014 no llegaron a alcanzar el millar. Agrupadas, representan ya un 11% de todas las infracciones penales (27.658) que se contabilizaron en la comunidad el año pasado y en las estadísticas de Interior solo aparece un tipo delictivo con números superiores: los

hurtos, con 6.569. En tercer lugar, ya muy por debajo, quedan los robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones, de los que se denunciaron 1.661. En parecidas proporciones ha aumentado a nivel nacional el peso que van adquiriendo estos delitos dentro del conjunto de la criminalidad, pasando de representar el 4,6% del total en el 2016 al 9,9% del pasado ejercicio.

El uso masivo de internet que ha conllevado el confinamiento durante los últimos meses para realizar actividades como la banca y el comercio electrónicos o el teletrabajo posiblemente contribuirán a que este 2020 las cifras sigan en una senda ascendente similar o, incluso, superior.

Dentro de los datos del 2019, el tipo de hecho más habitual denunciado en relación a la ciberdelincuencia fueron, de manera clara, las estafas con tarjetas de crédito, débito y cheques de viaje, con 1.380 infracciones penales y un auge interanual del 51,6% en Extremadura. A mucha distancia quedan las amenazas, con 261 sucesos conocidos, las estafas bancarias, con 170 —pero también con una evolución al alza muy significativa, del 54,5% respecto a las 110 del 2019— y el descubrimiento o revelación de secretos.

Por provincias, dos terceras partes de estos hechos se cometieron en la de Badajoz, con 1.991, y en la de Cáceres las restantes 1.058.

De estos algo más de tres mil ciberdelitos conocidos por los cuerpos y fuerzas de seguridad, bien por denuncia interpuesta, bien por actuación policial realizada ‘motu proprio’, fueron esclarecidos 674, lo que significa un 22,1% del total, proporción algo por debajo de la del 2018 (24,3%).

Lo que sí se dispararon entre un año y otro fueron los detenidos e investigados por causa de cibercriminalidad, de 114 a 197 (un 72,8%). El hecho delictivo que estuvo detrás de estas detenciones e investigaciones con más frecuencia fueron las amenazas, con más de un tercio de los casos (37).

PERFIL DEL DELINCUENTE / Por lo que respecta al perfil de quienes fueron detenidos o investigados por esta causa, se trata mayoritariamente de hombres, con 145 de ellos frente a 52 mujeres, mientras que por tramos de edad lo más habitual es que se encuadren en la horquilla que va de los 26 a los 40 años (65 de ellos) o en la que discurre entre los 41 y los 50 (51 detenidos e investigados).

Pese a concentrar la mitad de los hechos conocidos, las estafas que pudieron ser esclarecidas (sumadas las bancarias y con tarjeta) fueron solo 69, con una decena de personas investigadas o detenidas.

Las estadísticas del Ministerio del Interior recogen un total de 2.768 victimizaciones en la región por hechos delictivos relacionados con la cibercriminalidad. De ellas, 71 corresponden a menores de edad, en las que en 23 de los casos la victimización vino derivada de delitos de índole sexual, en 16 de amenazas y coacciones y en 10 de acceso e interceptación ilícita.