Penúltima jornada la celebrada ayer en el III Congreso Internacional de Periodismo de Migraciones y Desarrollo en la capital extremeña, en el que Patricia Simón Carrasco, reportera de La Marea, realizó un aleccionador análisis de cómo se han estado contando tradicionalmente las migraciones, la evolución que ha habido sobre los enfoques periodísticos que se aplicaban a las mismas y cómo en los últimos tiempos, «para intentar crear empatía entre la ciudadanía hemos tendido a crear las figuras de superhéroes y heroínas de las personas migrantes, de tal forma que parece que tienen que protagonizar grandes gestas o ser casi sobrehumanos para merecer estar entre nosotros».

Este aspecto, a juicio de Carrasco, también se deja notar en los casos de menores migrantes no acompañados: «Siempre presentábamos a aquellos que conseguían estudiar, trabajar en un contexto de crisis y después de una trayectoria muy compleja, con la idea de no criminalizarlos, porque eran cabeza de turco de la extrema derecha», añadió.

La periodista explicó igualmente que con la labor que realizan tanto ella como sus compañeros y compañeras han conseguido «romper con esa idea de que la gente tiene que ser muy desgraciada, por una parte, y grandes supervivientes, por otra, para conseguir llegar a nuestro territorio». Estima que los profesionales de los medios de comunicación, en este y en todos los casos, lo que deben hacer «es contar lo que está ocurriendo, aunque en el caso de los migrantes -matiza- has de estar más pendiente de no caer en reproducir discursos oficiales ni los que se crean desde determinadas organizaciones sociales».

Para ella, es fundamental cuestionar el marco normativo que se ha generado para que estas personas sean vistas de esta forma y entender que el Estado no puede incumplir los derechos de las mismas de manera sistemática, porque se considere que son seres inferiores.«Para mí esa es la visión crítica que tiene que tener el periodista, que es por una parte cumplir algo tan básico como que los Gobiernos respeten la normativa nacional e internacional, y por otro, admitir que son seres humanos y que tienen derecho a las condiciones igual de dignas que exigimos para las personas autóctonas».

Sostuvo que la pandemia está generando ya un fortalecimiento de las fronteras, «y personas que hasta ahora no justificaban la violencia que se ejercía contra las personas migrantes cuando querían llegar a Europa o Estados Unidos, actualmente sí la van a llevar a cabo, porque no solamente son contadas como gente invasoras para robarnos nuestro pan y nuestro trabajo, sino como potenciales transmisores de enfermedad», lo que conllevará según su perspectiva la subida de las deportaciones.

Clausura

El congreso llega hoy a su fin. Es un proyecto de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), ejecutado por la Fundación porCausa y la Consejería de Igualdad y Portavocía de la Junta de Extremadura. En el acto de clausura, a las ocho de la noche, estarán presentes la vicepresidenta primera y consejera de Hacienda y Administración Pública, Pilar Blanco-Morales, y el director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Magdy Esteban Martínez Solimán.

En la cita han participado más de 120 ponentes. En esta ocasión debido a las restricciones provocadas por la crisis sanitaria del coronavirus, se lleva a cabo íntegramente en formato virtual a través de la aplicación de videoconferencias ‘Zoom’. Otra de esas ponentes fue Marta Nebot, periodista, guionista y actriz, en cuya intervención puso sobre la mesa los problemas que hay para colar en el ‘prime time’ las noticias de migración.

Su experiencia televisiva de más de 25 años le ha hecho constatar los condicionantes que existen en las cadenas «para tratar asuntos que no sean espectaculares. Todo lo que se repite en el tiempo no es espectacular, porque somos así de patéticos y la mente humana consume mucho mejor la novedad que lo que ya conoce. Y desgraciadamente la situación de los emigrantes en este país es muy repetitiva. Te las tienes que ingeniar para que parezca distinto, para que te dejen contarlo, y haya veces que ni por esas».

Pero, ¿es posible un mundo sin fronteras? «Me gustaría pensar que sí y es el objetivo por el que se debería pelear. El planeta ha demostrado que es capaz de abastecernos a todos y que es solamente una cuestión de redistribución y hacerlo bien. Si los humanos fuéramos capaces de ser racionales en serio, esto se repartiría infinitamente mejor y no tendríamos que hablar de desigualdades que llevan a la muerte a la gente».

El lenguaje

Y para romper barreras nada mejor que usar bien el lenguaje. Lo puso de manifiesto José Miguel Morales, que es secretario general de Andalucía Acoge y licenciado en Historia. Se centró en el tratamiento narrativo de los procesos migratorios en los medios de comunicación con el objetivo de conseguir un discurso más integrador y representativo de las migraciones. Apeló a evitar términos de odio que rompen la convivencia como «invasión» u «oleada», que generan alarma social y no reflejan la realidad. O «ilegales» para referirse a personas en situación administrativa irregular porque, como explicó, «ningún ser humano es ilegal». Y recordó: «En España más del 10% de la población es extranjera, es decir, una de cada diez personas está discriminada».

Propuso, además, «evitar el sensacionalismo y tratar las migraciones con la misma responsabilidad que otros fenómenos sociales», así como «contar las causas en los países de origen, pero asimismo en el modelo económico y social de la Unión Europea. Hay que entender las causas para entender lo que está pasando», dijo.

Morales insistió en que «las migraciones forman parte de la realidad social y del futuro del país». Y concluyó que «el único futuro positivo posible pasa por integrar esta realidad social. No pensamos que haya una alternativa. La realidad no es tanto de miedo como de convivencia y el papel del pequeño comercio es clave en los barrios». Es decir, normalizar el lenguaje para que ellos no se sientan discriminados. Recetas sencillas: solo falta que se apliquen.