La pandemia, que todo lo trastoca, también se ha hecho notar en un día tan especial como la festividad de Todos los Santos. En los cementerios no hubo aglomeraciones y los vendedores de flores no recuerdan un día tan aciago para las ventas como el de ayer.

En Cáceres la jornada transcurrió con una afluencia muy inferior a la habitual, aunque el goteo de visitantes al cementerio fue continuo desde primera hora de la mañana. «La gente ha espaciado las visitas y en general está respetando todas las recomendaciones», señalaba a las puertas del camposanto el encargado, Miguel Ángel Muriel. Incluso el estacionamiento estaba semivacío, algo poco habitual en esta jornada.

En los pasillos, con muchas flores de plástico este año, el bullicio sordo que acompaña a la visita el 1 de noviembre dejaba ayer paso a un silencio inusual. «Han metido tanto miedo a la gente que no ha venido.

Yo misma suelo reunirme aquí en este día con familia que viene de Madrid y otros puntos, y que esta vez no han podido desplazarse», se quejaba Montaña, una visitante. Otros se mostraban más comprensivos con las medidas adoptadas: «Está muy bien organizado y muy tranquilo. Se nota hasta en los puestos de flores, que no hay aglomeraciones», decía Nico tras abandonar el recinto.

Para facilitar el tránsito se había creado un itinerario con vallas, con entradas y salidas separadas. «Para nosotros es ruinoso. Si un año normal vendes unos 1.200 euros cada día por estas fechas, este año no llegamos a 200 euros. No nos da ni para cubrir gastos», se quejaba Jesús Gramón, de la floristería Becedas. La afluencia de público ha sido menor, se ha espaciado más y en muchos casos «han optado por las flores de plástico para que no se estropeen», apuntaba. “No vamos a esperar ni a esta tarde. Nos vamos ya”, lamentaba a última hora de la mañana, informa Rocío Cantero.

Badajoz

BadajozPiezas de Bach, Albinoni, Haendel y hasta ‘Yesterday’ de Paul McCartney. A los dos cementerios de Badajoz volvió ayer la música de los ‘Cuartetos para la Eternidad’ que grupos con instrumentos de cuerda tocaron en directo a las horas en punto a lo largo de toda la mañana. Volvió la música pero no las aglomeraciones de visitantes de otros años con motivo de la festividad de Todos los Santos. Así lo percibieron los que sí se acercaron, que encontraron los camposantos casi vacíos a primera hora, aunque a medida que levantó el día y salió el sol fueron llegando más familiares. «Hay muchísima menos gente, no hay nadie, el cementerio está triste y el día no acompaña», comentaron Jacinta y Basilio.

«Pensábamos que tendríamos que hacer cola pero cuando hemos llegado no había nadie. La gente normalmente viene los días previos a limpiar y hoy a hacer la visita, pero está muy solo», se lamentaron, echando en falta un poco más de actividad en el recinto. También percibieron una menor afluencia de visitantes los vendedores de flores, que aseguraron que el negocio se ha reducido bastante. José María Terrón, de la floristería La Orquídea, está desde el jueves en la entrada del cementerio Viejo «y el personal que hubo el año pasado, este año no ha venido, hay muchos menos clientes, se ha comprado la mitad de flores que el año pasado» desde que están colocados los puestos, aseguró. Este vendedor lo achacó a la crisis sanitaria, al «miedo» al contagio, no a la menor afluencia de foráneos. «Algunos visitantes venían de fuera, pero el volumen importante de gente es de aquí de Badajoz», señaló. Uno de los trabajadores del cementerio Viejo comentaba que las visitas han sido muy escalonadas los días previos, fundamentalmente el viernes y sobre todo el sábado, porque acompañó el buen tiempo. Hoy, Día de los Difuntos, también se les espera, informa A. M. Romasanta.

Mérida

MéridaEn Mérida las restricciones para hacer frente a los contagios de coronavirus se dejaron notar también en el cementerio, con visitas limitadas a una hora de duración y toma de temperatura a la entrada. Los carteles recordaban el uso obligatorio de las mascarillas y en esta ocasión tampoco estaba permitida la entrada con sillas o similares. Un dispositivo policial vigilaba en la puerta principal el cumplimiento de todas las normas de seguridad, que en general sí se respetaron. El número de visitantes se ha visto considerablemente reducido respecto a años anteriores.

Rosas, claveles y otras flores no faltaron a los difuntos, aunque las tenderas de la entrada aseguraron que nunca la venta había estado tan floja. “Muchos han venido ya los días de antes a limpiar y adecentar para evitar las aglomeraciones”, afirmó una de ellas. En otros casos los familiares ni siquiera se han animado a comprar las flores naturales. “Este año no, porque no puedo venir todos los días a regar para que no se marchiten”, explicaba María. En la capital autonómica es tradición, después de visitar el cementerio, que las familias compren castañas asadas y nueces en los puestos que se colocan en la puerta y se vayan después al campo a celebrar la chaquetilla, una costumbre que ayer tampoco se pudo cumplir debido a las limitaciones impuestas para frenar los contagios, informa Rocío Entonado.

Plasencia

PlasenciaEn Plasencia la jornada también transcurrió con menos gente que otros años. Lo más reseñable fue que a la entrada del cementerio dos personas dieron temperatura alta, de 38.5 y 39 grados al pasar por el arco de entrada al recinto. El personal del camposanto avisó al 112 y se les envió a confinamiento hasta que se les realice una PCR, informa Raquel Rodríguez.