El reloj pasa de las 3 y media de la tarde. Jesús, su esposa y su hijo aprovechan la ausencia de comensales para almorzar junto a un camarero del restaurante que regentan en Cáceres y un amigo de la familia. ¿El tema general? Su país, Venezuela. ¿El tema concreto? Las elecciones legislativas. “Ah, ¿pero ustedes van a votar?”, les pregunta alguien ajeno. “Sí, claro que vamos a votar”, responden ellos. Muy raro es que la diáspora venezolana quiera tomar parte en unas elecciones convocadas por el Gobierno de Nicolás Maduro. Hay truco. Su votación es otra. Como su realidad y visión de país es otra. Ellos, junto a un buen número de venezolanos residentes en Extremadura -hay 752 empadronados en la región (468 en Badajoz y 284 en Cáceres) según el INE- se están movilizando para animar a otros compatriotas a participar en la consulta popular que la oposición ha lanzado paralelamente a las elecciones legislativas, que no reconocen.

“Es que la oposición no está participando en esa farsa. Los partidos van a estar en las papeletas porque así lo obligó un tribunal, pero está descabezada”, explica Juan Carlos Vera, venezolano también residente en Cáceres y coordinador de esta consulta en la región. Se refiere a la directiva impuesta por el Tribunal Supremo de Justicia del país bolivariano para que estos partidos participen obligatoriamente, aunque lo hagan sin sus líderes, que decidieron no participar. “Estas elecciones son desconocidas por la Organización de Estados Americanos, por la Unión Europea, que pidió que se aplazaran, no hay garantes. A los venezolanos que estamos fuera se nos coarta nuestro derecho a participar, porque saben que no les íbamos a votar. Además, ellos ya tienen el resultado: el chavismo va a tener el 80% de los votos y el 20% se lo repartirán para el resto”, dice Vera. Pero defiende que, aunque no voten en estos comicios, sí tienen derecho a alzar su voz y por eso apoyan la consulta popular: “La consulta está estipulada por la Constitución y convocada por la Asamblea Nacional, único órgano reconocido del país”, dice. La Asamblea Nacional está presidida hasta hoy por Juan Guaidó, el también autoproclamado presidente de Venezuela, reconocido por una cincuentena de países, entre ellos los de la UE y los Estados Unidos, pero sin poder efectivo real en el país.

"Hambre, control, apagones"

"Hambre, control, apagones"Vera, natural del Estado de Bolívar, era profesor de universidad hasta que hace dos años llegó a España pidiendo asilo político: “En Venezuela hay presos políticos, hay tortura”, afirma. Ahora, enseña Informática en la Universidad Popular de Cáceres: “Mi familia allá lleva cinco meses sin gas, sufriendo apagones diarios. El Gobierno tiene hasta el control de la comida, del hambre, con el reparto de las Cajas CLAP, con las que dan apenas unos paquetes de arroz y lentejas a sus partidarios mientras ellos se hacen millonarios”, denuncia. Por eso, ve esta consulta como una nueva oportunidad para mostrar al mundo que quieren que su país cambie.

Así lo ve también Jesús Alvarado, dueño junto a su esposa del VenBar Café en Cáceres, donde se entremezclan arepas y patacones venezolanos con huevos rotos y tapas y donde discutían sobre la consulta: “Si te soy sincero, ya uno perdió las ganas, porque no tengo esperanzas de que nada cambie. Pero sí que quiero que la historia recuerde que no nos rendimos, aunque sabíamos que íbamos a perder, que se sepa que en la última oportunidad de decir nuestro último 'ah', dijimos 'ah'. Es nuestra última oportunidad democrática”, afirma. Alvarado denuncia que las elecciones que se llevarán a cabo este domingo por el Gobierno bolivariano es una estrategia del oficialismo para deshacerse de “la última piedra en el zapato que podrían tener” y hacerse con la Asamblea Nacional, el único órgano que aún controla la oposición del país. “De esas elecciones ya sabemos el resultado antes de empezar. Ya tenemos 21 años que sabemos cómo manipulan el resultado. Es una farsa. Están jugando con el pueblo venezolano. Pero también te digo que nuestro derecho y hasta nuestra obligación como ciudadanos es votar en la consulta. Y sabemos que el Gobierno no le va a tomar importancia, pero es nuestro aporte mínimo”, afirma.

Jesús Alvarado, en el VenBar Café de Cáceres, que regenta junto a su esposa. / SILVIA S. F.

"Insostenible"

"Insostenible"Jesús, natural del Estado de Carabobo, cumplirá en un par de meses cinco años fuera de su país: “Yo allí tenía mi negocio de hostelería pero la calidad de vida iba desvaneciéndose, el poder adquisitivo cayendo, una situación insostenible. Y ya llevaba tiempo hablando con mi madre y con mi familia de dejar el país. Sufrí un robo y fue como el impulso final”, rememora. Alvarado no piensa volver, quiere “echar raíces en España” y ya tiene un niño de tres años nacido aquí y otro en camino: “Lo he hablado con mi esposa muchas veces y no vamos a volver, la situación allí incluso aunque cambiara el Gobierno está muy viciada. Además (en referencia a sus hijos), ya vamos a tener dos españolitos en la familia”, bromea.

Raíces también ha echado en Badajoz Gloria Pino, nacida en la ciudad de Maracaibo, en el Estado de Zulia, y quien dejó Venezuela en 2014: “Yo era psicóloga allá y empecé a ver patrones de tortura”, cuenta. Así las cosas decidió venir a la tierra de su marido, pero no ha dejado atrás su deseo de un mejor futuro para su patria: “Es un país a reconstruir y aunque sea desde fuera quisiera poner mi granito de arena. Que mis nietos puedan visitarlo y sea un país más justo, un país de oportunidades”, dice. Gloria subraya que las elecciones del domingo “es un evento a todas luces ilegal: la UE envió una misión y concluyó que no había garantías, pidió que se aplazaran seis meses y el Gobierno no ha querido así que no se les va a reconocer el resultado. Además recordemos que se va a hacer en medio de una pandemia, de la que tampoco tenemos datos claros”, afirma. “Por eso la Asamblea Nacional lanzó un mandato en junio para esta consulta popular”, explica. “Somos casi seis millones de venezolanos que vivimos en el exterior, un país completo, y también tenemos derecho a que se nos escuche”, añade. “Nadie está pidiendo un golpe de Estado, lo que queremos son elecciones realmente democráticas, no esta pantomima del 6 de diciembre”, remacha.

Pero Pino también hace crítica de la oposición: “Guaidó tenía el mandato de construir una coalición fuerte y democrática y no hay unión. La oposición tampoco ha logrado su objetivo porque hay muchos intereses en juego”, lamenta.

A pesar de ello, los principales partidos opositores sí se han puesto de acuerdo para celebrar esta consulta popular. Juan Carlos, Jesús y Gloria van a participar para mostrar desde sus hogares extremeños su compromiso con el futuro de su país. Porque ellos, aunque a veces ignorados en la propia Venezuela, también son venezolanos.

Gloria Pino, en el balcón de su casa en Badajoz. / EL PERIÓDICO

Dos votaciones, dos presidentes, dos asambleas, dos Venezuelas

Dos votaciones, dos presidentes, dos asambleas, dos Venezuelas

Venezuela tiene en la actualidad dos Asambleas: por un lado está la Asamblea Nacional (AN) de la República Bolivariana de Venezuela, vigente desde diciembre de 1999 y que es la representante del poder legislativo en el país, presidida por Juan Guaidó. Por otro, desde 2017 y tras perder el oficialismo la mayoría en esta cámara, el Gobierno de Maduro creó, por decreto, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), encargada de redactar una nueva Constitución y a la que, según denuncia la oposición, el poder ejecutivo ha derivado las nuevas leyes desde entonces para dejar a la primera Asamblea sin efecto. La oposición también afirma que las elecciones del domingo son una treta del Gobierno para hacerse definitivamente con el poder de este órgano.

Venezuela tiene dos presidentes, dos asambleas y dos visiones de país que a día de hoy parecen más irreconciliables que nunca. También unas elecciones y una consulta que, ni se reconocen entre ellas, ni parece que vayan a ser lo suficientemente transparentes para ser aceptadas por una mayoría de la comunidad internacional.

Nicolás Maduro y la primera dama, diputada y constituyente, Cilia Flores, en un acto de campaña. / EFE

Las elecciones legislativas

Más de 20 millones de venezolanos están llamados a votar este 6 de diciembre por unos 14.400 aspirantes que se disputan 277 escaños, 110 más que en las últimas elecciones, aumento denunciado por la oposición. Otra queja es que las comunidades indígenas no votarán por sufragio directo, sino a través de sus delegados. Las previsiones de participación no superan el 30%. El Gobierno defiende la validez de este proceso y dice que es “democrático”.

Juan Guaidó, en un acto de contracampaña. / EFE

La consulta popular

Tiene tres puntos:

1.- Exigir elecciones presidenciales y parlamentarias libres y transparentes.

2.- Rechazar las elecciones de este 6 de diciembre, por ser una “farsa”.

3.- Pedir a la comunidad internacional “apoyo” para resolver la crisis en el país.

La consulta digital estará abierta del 7 al 12 de diciembre a través de la 'app' Voatz y en la página web www.consultaporvzla.com

Sede de la Asamblea Nacional, en Caracas. / M. R.

La crisis de Venezuela en datos

La crisis de Venezuela en datos1.798,57% → Es la inflación acumulada este 2020 (671,8% es la inflación alcanzada en el precio de los alimentos).

0,51 dólares americanos → O 400.000 bolívares soberanos es el salario mínimo.

80.000 → Son las fallas eléctricas que el país sufrió en 2019.

8.000% → Es el aumento de peticiones de asilo por parte de venezolanos desde 2014.