Con el ecuador de la temporada de caza superado, el balance que la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) hace de las primeras semanas de la campaña mejora ligeramente respecto a las previsiones iniciales. «Extremadura ha sido un gran ejemplo porque ha permitido la llegada de cazadores de otras comunidades o de países que no tuvieran limitaciones», según expresó ayer el presidente del colectivo José María Gallardo.

Las primeras jornadas coincidieron el cierre perimetral de Madrid para contener las cifras de la pandemia de covid-19 y a él se unieron después los cierres de la mayoría de las comunidades autónomas, a medida que avanzaba el mes de octubre y llegaban las primeras citas tanto de caza mayor como menor. Las convocatorias comenzaron a aplazarse en unos casos y en otros se eliminaron por temor a asumir unos costes sin que llegara el retorno de la inversión si no había clientes. Pero al contrario que el resto de regiones, Extremadura abogó por mantener la libre circulación en todo el territorio y con eso y eso facilitó que los aficionados de otros puntos en los que tampoco había restricción, muchos de ellos clientes extranjeros hayan permitido mantener la actividad, aunque sea limitada.

Caída

«Se han ido organizado en las últimas semanas casi con normalidad todas las citas. Aun así habrá una reducción importante en las cifras de este año, pero será una contracción que muchos hubieran firmado antes de comenzar esta temporada», apunta Gallardo. «Aunque se hayan producido muchas suspensiones o aplazamientos, podemos estar satisfechos», insistió ayer preguntado por este diario durante la presentación de la cuarta edición del informe anual de la temporada 2018-2019 sobre la Situación de la Caza en Extremadura.

Sobre ese estudio pormenorizado del sector, apuntó como grandes retos la despoblación, las políticas agrarias, el relevo generacional y la incorporación de la mujer a la caza. Además mostró su preocupación los problemas en especies singulares como la liebre y el conejo, que certifican la crisis en la caza menor frente a la expansión de la caza mayor y pide atajar el problema con medidas «excepcionales». «Se sigue sin reaccionar ante la situación crítica que se arrastra» denunció. De hecho, en la temporada que se ha analizado, se abatieron más ciervos que conejos en la provincia de Cáceres (es una tendencia que se mantiene desde hace varios años) y que en Badajoz se cobraron prácticamente el mismo número de zorros que de conejos.

Capturas

El director del informe, Manuel Gallardo, desgranó algunos de los datos más reveladores del último año. El informe recoge una disminución de los cotos de caza menor (44 menos en el ultimo año) frente al incremento e los de caza mayor (34 más) y también la tendencia al alza de las capturas de jabalíes en los últimos ocho años (+37%) y también de ciervos (+28%) aunque en el caso de estos últimos se haya producido un descenso (-4,3%) en las cifras del último año.

Además en la pasada temporada se registró un incremento de las acciones de caza mayor programadas, que llegaron a 1.724 entre monterías, y batidas de jabalí. La caza reporta más de 6 millones de euros a las arcas de la región en concepto de tasas.

La situación en Monfragüe

Al margen de la presentación, varios colectivos, entre ellos la Federación Extremeña de Caza y la Asociación de Propietarios de Monfragüe, trasladaron ayer a la consejera para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, Olga García, la necesidad de mantener las acciones cinegéticas como herramienta de control poblacional en el Parque Nacional. «Hay fórmulas para hacerlo y están recogidas en la Ley de parques Nacionales. Si está prohibido la caza comercial, que se hagan los controles las sociedades locales de cazadores o que se valore con los propietarios de las fincas. Pero la mayoría, entre ellos los expertos universitarios, abogan por no suprimir la caza. Están haciendo oídos sordos», denunció el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, tras la reunión.

La consejera ha abierto una ronda de contactos «para escuchar las opiniones» respecto a la propuesta de la sobre el Plan y el Programa de Acción Selectiva de Ungulados Silvestre en el parque, contemplados en el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Monfragüe (PRUG). Son los que se presentaron en la reunión del patronato hace dos semanas. Hay que recordar que la propuesta que se ha lanzado incluye la supresión de cualquier acción cinegética en las 18.000 hectáreas del parque y la utilización de otras «técnicas selectivas» para acatar el fin de la moratoria a la prohibición de la caza comercial de la Ley de Parques Nacionales que vencía 5 de diciembre. «En Monfragüe no se caza desde 1991», insistió Gallardo.