El cierre del comercio no esencial dejó también sin actividad a las administraciones de loterías y con la actividad muy mermada a los puestos mixtos (estancos, papelerías, bares o ferreterías que tienen además un espacio dedicado a la venta de lotería). En el sector sienten que la situación les deja en desventaja puesto que la lotería sigue funcionando en todo el país (el 2º premio de la Lotería Nacional recayó el pasado sábado en un número de la administración 25 de Cáceres) pero ellos no pueden prestar la atención a sus clientes por una interpretación que entienden que es errónea.

«Estamos enfadados. Otras comunidades excluyen del cierre a las loterías y aquí mismo no está claro porque el DOE no nos incluye entre los establecimientos que deben cerrar. Somos lotería, no somos bingo ni apuestas. No nos están escuchando», se queja Andrea Pascual, responsable de una administración de loterías en Cáceres y presidenta de la Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administradores de Lotería (Anapal) en la provincia.

Y lo mismo en los establecimientos mixtos. «El primer día de cierre me indicó la policía que debía suspender la venta de lotería», dice Jorge Sánchez que tiene un estanco en Colón en el que también hay un puesto de venta de lotería y ejerce de portavoz de la asociación que agrupa al colectivo, Fenamix. Desde el 7 de enero, solo puede tener abierta la zona de estanco y no ha parado de hacer escritos a la Consejería de Sanidad para que se revise la situación. «No nos dan ninguna solución, más allá de que estudiarán el caso. Pero con eso llevamos ya tres semanas casi sin actividad», dice. Algunos establecimientos como el suyo mantiene un mínimo vendiendo por WhatsApp y con pagos vía Bizum.

Según explica Sánchez, en los decretos que regulan los cierres del comercio en la región para reducir la movilidad no incluyen específicamente a su actividad entre las que deben cerrar. El que se publicó en el DOE el pasado 20 de enero contempla en el apartado tercero, la situación de los establecimientos y locales de juegos y apuestas y establece que «se procederá al cierre de las salas de bingo, casinos de juego, locales específicos de apuestas, salones recreativos o de máquinas de tipo ‘A’ y salones de juego o de máquinas de tipo ‘B’, recoge». «Pero nosotros no somos nada de eso», reivindica Sánchez. «Con la Ley del Juego en la mano y con el DOE en la mano, los puntos de venta de lotería tienen que estar abiertos», insiste. Los establecimientos están estudiando iniciar alguna acción judicial o recurrir al Defensor del Pueblo, según explican.

También se están movilizando desde la Plataforma Juego Limpio, con asociados en toda la región. María José Fernández, lotera de Almendralejo, es una de las integrantes de la directiva. «Ni somos comercio, ni somos apuestas. No tendríamos que estar cerrados pero no nos dejan abrir», afirma. Señala también el perjuicio, no solo para sus negocios (tienen que afrontar el pago de números concretos que tienen en exclusiva y ahora no están vendiendo) sino también para sus clientes, «que no pueden comprar boletos o no pueden cobrar premios que tienen».