Cáceres y Badajoz fueron las dos provincias españolas con una menor caída del Producto Interior Bruto (PIB) en el 2020. En ambas retrocedió un 5,3%, menos de la mitad que el derrumbe que se promedió en el conjunto del país, que fue del 11%, según la estimación que sobre la evolución de las economías provinciales durante el pasado año ha publicado el Banco de España.

Extremadura conforma junto a Castilla-La Mancha, Zamora y Teruel el grupo de los territorios españoles en los que el impacto económico de la pandemia ha sido porcentualmente menor hasta ahora, de acuerdo a estos cálculos. «El denominador común que presentan todas estas provincias es una menor exposición al turismo y un mayor peso de los sectores menos afectados por el covid-19, como la agricultura y el sector público», se apunta en este artículo, firmado por el economista Alejandro Fernández Cerezo.

Esta previsión de que el comportamiento del PIB extremeño haya sido bastante menos malo que el del resto del país va en la misma línea que otras ya publicadas por varios organismos y servicios de estudios. Entre ellas las de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que la pasada semana dio a conocer su estimación para el cuarto trimestre del 2020. En ella Extremadura aparece con una contracción del 4,6% en su PIB, la menos significativa de todas las comunidades autónomas, y de nuevo rondando la mitad del hundimiento estimado para la producción de bienes y servicios en todo el país en esos tres meses (9,1%).

También BBVA Research predijo recientemente un retroceso menos intenso del PIB extremeño, con un 9,2% de caída en el 2020, frente a un 11% de media en España. No obstante, este servicio de estudios también avanzó que Extremadura será la autonomía con una recuperación más lenta en el 2021, de un 4,2%, frente a un 5,5% del agregado nacional.

En el estudio del Banco de España se incide en la «extraordinaria heterogeneidad» que está teniendo esta crisis entre los diferentes territorios españoles, algo que se atribuye, por un lado, a las desiguales estructuras sectoriales de las economías regionales y, por otro, a la dispersión de los índices de movilidad que se aprecia de unas zonas a otras. Detrás de esta última estaría la disparidad entre las restricciones que los respectivos gobiernos autonómicos han ido adoptando en el transcurso de la pandemia en función de la incidencia del virus.

CANARIAS Y ARCO MEDITERRÁNEO

A pesar de que únicamente diez provincias habrían registrado decrementos de su actividad económica por debajo de la media nacional (una quinta parte de ellas), suman aproximadamente un 33% del volumen total del PIB español. Los mayores hundimientos se producen en las zonas del arco mediterráneo y las islas Canarias. Por encima de todos destacan los de Baleares (27%) y los de las provincias canarias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife (21% y 19%), que preceden a los de Málaga, Gerona y Alicante. «Estas seis provincias se caracterizan por que el peso del sector turístico -sobre todo el ligado a la demanda extranjera- en la actividad provincial es especialmente alto», se arguye.