Unas cifras «dopadas» que no reflejan la realidad regional por el efecto de los ertes. Cuando estos se acaben, se teme que los datos de desempleo se disparen. De momento, lo que dicen los números es que el paro bajó en febrero en Extremadura con respecto al mes anterior. Lo hizo en 1.517 personas (-1,31%). No obstante, en la comparativa anual, el número de personas en busca de ocupación subió en la región en 8.692 (-8,26%).

A la misma vez, los extremeños que estaban en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) al finales de febrero eran 12.708 (6.736 mujeres y 5.972 hombres), prácticamente el doble de los que se encontraban en esta situación de suspensión temporal en el mes de enero (entonces fueron 7.363). Entre las principales causas, las restricciones al comercio y la hostelería (con cierre total incluido) por la alta incidencia del covid.

Además, la afiliación media a la Seguridad Social en Extremadura bajó en 389 cotizantes en febrero (-0,10%) respecto a enero y en 2.623 personas (-0,68%) en relación al año anterior. El total de ocupados se situó el mes pasado en 385.041 personas.

Las diversas valoraciones

Para el director general de Planificación y Evaluación de Políticas Activas de Empleo de la Junta, Jesús Seco, hay motivos para ser «optimista» respecto a la próxima primavera tras la bajada registrada en febrero, un mes que calificó «de transición».

«Ha sido un mes con cambios importantes, ya que en una parte del mismo la hostelería y el comercio han estado cerrados y, a partir de levantarse las restricciones se ha reflejado en los datos de paro, la Seguridad Social y los ertes», aseguró.

En los citados ertes puso también el foco la Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex), que representa a la patronal. Para esta entidad, «las cifras de desempleo están muy condicionadas por estos expedientes de regulación que afectan a trabajadores y empresas, muchas de las cuales rozan una situación límite que puede derivar en un gran número de insolvencias y cierres».

La parte positiva de los ertes la destacaron los sindicatos. Por ejemplo, para CCOO, sino fuera por esta fórmula, «el impacto negativo sería mucho mayor». No obstante, otra parte también destacaron que «hay menos destrucción porque simplemente hay menos empleo».

El sindicato aludió además al hecho de que no se modifica «la injusta situación» de desempleo arraigada entre las mujeres, sobre todo en el sector servicios, ya que del total de personas paradas en la región, el 61% son rostros femeninos y es una brecha «que no tiende a reducirse a pesar del paso de los años».

Del elevado desempleo en la mujer también habló UGT, que, en general, valoró de manera positiva que el descendiera por primera vez desde el pasado mes de agosto, aunque, si bien, «febrero se viene comportando así desde el año 2014», subrayó.

«Con pandemia o sin pandemia la evolución del desempleo cambia poco en Extremadura, ya que hay unos picos de sierra porque tradicionalmente baja de febrero a agosto y sube de septiembre hasta diciembre», precisaron desde UGT para evidenciar cómo viene funcionado por sistema el mercado laboral extremeño.