La fotovoltaica es ya la tecnología predominante en el parque generador extremeño, aunque en términos de producción la nuclear sigue reinando con holgura en el mix energético de la comunidad autónoma. Red Eléctrica de España (REE) dio a conocer el pasado viernes su ‘Avance del informe del sistema eléctrico español 2020’ y en él se recoge el formidable incremento que la fotovoltaica experimentó en la región el pasado año, en el que, como ya había sucedido en el 2019, duplicó su potencia instalada. En concreto, la aumentó en un 105,9%, con 1.321 nuevos megavatios (MW), para alcanzar un total de 2.568 MW en producción. Ese avance la llevó por vez primera a liderar la estructura de potencia instalada extremeña (con un 32,9%), superando así tanto a la hidráulica (29,2%) como a la nuclear (25,8%), que hasta ahora figuraban por encima. Las plantas ubicadas en territorio extremeño concentran el 22,2% del total de esta fuente solar en España, porcentaje por encima del de cualquier otra comunidad autónoma.
Este nuevo acelerón de la fotovoltaica posibilitó también que el parque generador extremeño se disparase en un solo año de 6.484 MW a 7.805 MW. Eso significa más de un 20% de crecimiento, un auge que sobrepasó también al de las demás autonomías (en términos porcentuales, en los absolutos fue mayor el del Castilla y León).
Y no parece que se vaya a frenar aquí el desarrollo fotovoltaico extremeño. De acuerdo a los datos que facilitó a mediados de enero la Consejería para la Transición Ecológica, en la región había al finalizar el ejercicio pasado 188 proyectos más con viabilidad de conexión a la red eléctrica, con una potencia a instalar de 7.673 MW. De ellos, una docena (con 856 MW) estaban ya en construcción.
En conjunto, las energías verdes copan el 73,9 % del parque generador extremeño. Se trata de la mayor cuota alcanzada hasta la fecha por la comunidad autónoma y el tercer porcentaje más alto del país.
En cuanto a la energía generada, en el transcurso del 2020 Extremadura produjo 21.294 gigavatios-hora (GWh), lo que supone un 8,5 % del total de España y un 1,2% más que en el 2019. En consonancia con la progresión experimentada en la potencia que se puso en servicio, la energía producida de origen fotovoltaico prácticamente se duplicó respecto al 2019, pasando a ser la segunda fuente en importancia, si bien muy lejos de la nuclear. De las dos unidades de la Central de Almaraz salió un 71,7% de toda la electricidad producida en Extremadura. La solar térmica y la hidráulica ocupan la tercera y cuarta posición, con el 8,3 % y el 6,7%, respectivamente.
El 28% de la producción de energía en la comunidad fue de origen renovable en el 2020, tras incrementarse un 27,8%. Por su parte, la generación libre de emisiones de CO2 equivalente (gases de efecto invernadero, lo que incluye también la nuclear) alcanzó el 99,7% del mix, un dato que sitúa a Extremadura como la autonomía con la cuota más alta de producción sin emisiones.
Por lo que respecta a la demanda de energía eléctrica, el año pasado experimentó un ligero descenso del 0,1% con respecto al 2019. A lo largo de esos doce meses los extremeños consumieron 4.960 GWh, lo que representa el 2% del total de España. Esta contracción fue mucho menos intensa que la que se contabilizó de media en el conjunto del país (5,6%) a causa de la pandemia.
Lo que sí que no cambia es el saldo energético netamente exportador de la comunidad extremeña, que por cada GWh que consume produce más de cuatro, con diferencia el balance más descompensado que se completa entre las autonomías españolas.
El año más verde
En todo el país, las renovables produjeron el 44 % del total de la energía y convirtieron de esta forma al 2020 en el año más verde desde que se cuenta con registros (2007), según se incidió desde REE. En total, se generaron 110.450 GWh a partir de recursos naturales e inagotables como el viento, el sol y el agua, lo que supone un incremento anual del 12,8%.
Destacó la producción récord alcanzada por la eólica, origen de más de una quinta parte de toda la generación anual, y también la mejora de la solar fotovoltaica, que a nivel nacional registró un aumento del 65% en relación a los valores del 2019. Estas dos tecnologías renovables fueron responsables del 21,9% y el 6,1% de la electricidad producida en España, respectivamente.
Esta mejora de la producción renovable fue posible gracias a la puesta en marcha de 4.015 nuevos MW verdes. Es la fotovoltaica la tecnología que más protagonismo gana, con un 29,5% de crecimiento respecto al 2019; seguida de la eólica, que anota un 5,3% de progresión que la convierte en la tecnología líder. Además, durante el pasado año se dieron de baja 3.950 MW de carbón, un descenso que contribuyó a que el conjunto de potencia instalada renovable signifique el 53,8% del total de capacidad de producción española.