«Un baño para pacientes ostomizados debe tener un váter a la altura de la cintura, puede ser uno infantil, y un espejo grande a ras de encimera. Lo importante es que nosotros podamos vernos y manejar bien la ostomía. Porque si lo tenemos que hacer en un aseo normal y corriente, nos vemos obligados a agacharnos, a ponernos de rodillas... También debe disponer de un cubo con tapadera, porque sin tapa los olores serían horribles. Nosotros metemos la bolsa sucia dentro de otra limpia y la cerramos, pero aún así, son heces y al final algo se escapa. E, igualmente, necesitamos un enjuagador o pulverizador que pueda entrar por la boca de la bolsa para limpiarla; y ha de ser agua fría porque la caliente estropea el estoma». Las explicaciones las da Miguela Marchena, una cacereña que forma parte de los 1.700 extremeños que son pacientes ostomizados, o lo que es lo mismo, viven pegados a una bolsa para orinar o evacuar heces a través de un orificio en el abdomen.

El sistema

El proceso se conoce como ostomía. El estoma (el trozo de tripa, de intestino) se introduce en esa bolsa de contención, la cual se coloca con una pegatina especial en forma de disco.

Existen tres tipos: la colostomía, por la que quedan anulados el colon descendente y el ano (las heces son de una consistencia no líquida); la ileostomía, que anula todo el colon y el ano (las heces son líquidas); y la urostomía, que anula la vejiga.

Marchena describe las características de un cuarto de baño adaptado para las necesidades de estos usuarios y subraya que en la región solamente hay un aseo público de este tipo: está en el centro de salud de la zona centro de Cáceres.

Ella es paciente oncológica, en su caso le diagnosticaron cáncer de recto con 40 años. Hoy, 31 de marzo, Día mundial contra el cáncer de colon, quiere poner el foco en este tipo de recursos que ayudan a tener «calidad de vida».

«El objetivo es que tengamos seguridad, porque si no, cuesta mucho salir de casa. Yo muchas veces me he tenido que ir corriendo a casa porque se me ha roto la bolsa o se ha llenado, o cualquier percance. Si yo sé que existe un baño adaptado en un sitio concreto, tengo la tranquilidad de que puedo ir allí si estoy en la calle. Es que si no contamos con ese tipo de recursos, cuesta mucho salir de casa», explica Marchena.

Y añade que es igualmente útil para la gente que viene de fuera a Cáceres, a quienes les ayuda saber que existe ese aseo en un lugar concreto.

«No es nada agradable -continúa- tener que ponerte de rodillas en un baño normal, porque te ensucias, hay bacterias... es algo que nadie querría hacer».

Se trata de, al fin y al cabo, mejorar la calidad de vida.