«Mi madre, con 83 años, sufrió un ictus cerebral severo que le causó una dependencia máxima, lo que se denomina Grado III. En un segundo, pasó de ser una persona completamente activa a ser una persona absolutamente dependiente para todo. Durante dos años y cinco meses, la dificultad de movimiento le obligó a permanecer en cama en nuestra casa. La habitación en la que pasábamos tantas horas dispone de una gran ventana, y delante, todo es campo, paisajes, cielo y naturaleza. Esto nos permitió sobrellevar la situación algo mejor. Una simple ventana que mirábamos y agradecíamos cada día».

Bandada, en una tarde de otoño. NIEVES AGUT

Así relata la periodista Nieves Agut, redactora de este diario, los días más duros pero a la vez más sentidos, profundos y emotivos de su vida, cuando entre crónicas y reportajes se dedicaba a cuidar a su madre, Carmen, que ya no podía salir a las calles de Coria, prácticamente ni siquiera de su habitación. Solo tenía aquel ventanal… pero no era un único paisaje. Pasaban los días, pasaban las noches, pasaban las estaciones y el escenario cambiaba, nunca se repetía. Carmen y Nieves habían aprendido a contemplar y valorar cada detalle, cada nube y cada sol. No era una ventana, era la vida...

Puesta de sol. Durante dos años y medio, no hubo dos iguales. NIEVES AGUT

Un buen día, Nieves hizo una primera fotografía. Luego llegó la segunda…, la tercera..., decenas... «Hay estudios que revelan que un paisaje en una habitación, aunque sea a través de un cuadro, contribuye de manera favorable a aportar el bienestar a un enfermo e, incluso, está demostrado que necesitan menos analgésicos y menos días para recuperarse tras una operación», revela. Y así surgió el proyecto ‘La ventana de Carmen’. ¿Por qué no llevar esas sensaciones a lugares donde personas encamadas carecen de un escape visual tan reconfortante? Nieves lo concibió y lo maduró.

Llegan las nubes. Cuando los ‘algodones’ tapan el sol. NIEVES AGUT

La iniciativa, que no persigue un fin artístico pese a la belleza de las imágenes, ya ha despertado el interés de las administraciones extremeñas del ámbito de la sanidad y la dependencia, que se han acercado al proyecto y lo han conocido de primera mano. Nieves Agut ya ha hecho una primera selección del material para que enfermos, mayores y personas con movilidad reducida en centros sanitarios o residencias puedan tener estas panorámicas a la vista, asomarse a ese paisaje de cielo, luz, nimbos, sol, árboles, pájaros…, «todo armonizado entre distintos colores que a mi madre tanto bienestar y relajación le aportaron», confiesa.

Carmen falleció el pasado 17 de enero. Aquel día trascendió su ventana y se marchó en paz. Nieves la abrirá ahora en otras habitaciones, en otras estancias con personas que necesitan un rayo de luz. «La iniciativa está dedicada a ella, a mi madre, pero con la mirada puesta en aquellos mayores dependientes a los que cada día, minuto a minuto, debemos proteger y cuidar», subraya.