La Asamblea de Extremadura celebró ayer su 38º aniversario con un acto que sirvió de homenaje a las víctimas de la pandemia de la covid-19, entre ellas la parlamentaria extremeña Consuelo Rodríguez Píriz, y de reconocimiento a la Autonomía y el trabajo desarrollado por la Cámara regional, al margen de las diferencias ideológicas, para mejorar la vida de los extremeños.

El acto, celebrado en el Patio de los Naranjos, comenzó con la colocación de una corona floral en el monolito en recuerdo a los extremeños que perdieron la vida como consecuencia de la covid-19, por parte del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y la presidenta de la Asamblea, Blanca Martín, seguido de un minuto de silencio.

Posteriormente, en el transcurso del acto, Martín hizo entrega a los tres presidentes que ha tenido la Junta de Extremadura: Juan Carlos Rodríguez Ibarra, José Antonio Monago y Guillermo Fernández Vara de una maqueta que reproduce el edificio de la sede de la Cámara autonómica, antiguo Hospital San Juan de Dios.

Fernández Vara remarcó que, casi 40 años después, todo es «esencialmente diferente» gracias a la autonomía

En su intervención, Fernández Vara remarcó que, casi 40 años después, todo es «esencialmente diferente» gracias a la Autonomía de Extremadura y ha valorado cómo la Asamblea, con «sus leyes, sus decisiones, investiduras, controles y actuaciones», ha cambiado la vida de miles de extremeños que, probablemente, nunca imaginaron que pudiese llegar a ser así. Y esa, dijo, es la «grandeza» de la democracia, «grande y buena», de la que tenemos que «sentirnos orgullosos».

Con la aprobación del Estatuto de Autonomía se inició «un camino que se sabía donde partía pero no dónde íbamos a acabar llegando», expresó Vara, para quien «basta con mirar hacia atrás, con objetividad y sin ira, para comprobarlo, todo lo que a lo largo de este tiempo trajo la autonomía a esta querida tierra».

En este sentido, ha mencionado momentos clave en esta andadura como la transferencia de competencias: «del Imserso primero, educación después y el Insalud, posteriormente»; el debate en el Parlamento autonómico de cuestiones como las residencias de mayores, los centros de menores, las titulaciones universitarias, la revolución tecnológica en educación o el Servicio Extremeño de Salud (SES), que tanto protagonismo ha tenido en este difícil año.

Tras recordar desde el «cariño y afecto» a todos los que han pasado por la Asamblea y han puesto su «granito de arena», el jefe del Ejecutivo extremeño indicó que «detrás de las leyes hay muchas historias», algunas «agradables de contar», otras «muy duras», pero eso significa también este espacio: «defender aquello en lo que uno cree, sabiendo, cuando termina el debate, que compartimos una representación ciudadana a la que nos debemos».