El sindicato PIDE ha registrado una reclamación, dirigida al consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, contra "la pretensión de imponer la segunda dosis de Pfizer como regla general y solo excepcionalmente la de AstraZeneca (Vaxzevria)". "Exigimos que se proceda a inocular la segunda dosis de AstraZeneca a los docentes, que ya se pusieron la primera dosis de la misma marca, dentro del plazo estipulado de máxima eficacia", subrayan.

Han elaborado un documento para presentar de forma individual o colectiva con el que denunciarán en caso de que no se respete la decisión de decantarse por Pfizer, tal y como aseguran.

Desde el sindicato manifiestan que "los docentes, cumpliendo con su obligación y ejercitando su derecho, participaron en la campaña de vacunación, aceptando, sin opción, la primera dosis de AstraZeneca, que eligió discrecionalmente la Administración para los funcionarios menores de 60 años".

Sin embargo -prosiguen- "ahora están comunicando a los docentes, por diversas vías, que tienen que vacunarse con marca distinta (Pfizer) y solo excepcionalmente y previo consentimiento por escrito optar por la segunda dosis de AstraZeneca. Esta debe administrarse siguiendo las indicaciones de la Agencia Europea de Medicamento (EMA) y la ficha técnica de la propia farmacéutica, y así se han decantado los profesionales mayoritariamente en otras comunidades autónomas".

Aseguran que "es un claro funcionamiento anormal de la administración, que por falta de previsión, por estrategia política o por motivos ajenos a la voluntad de los docentes, ha fracasado en recopilar o hacer acopio de vacunas para la segunda dosis, y si no lo hizo, no puede jurídicamente imponer una segunda dosis con otra vacuna, porque no está demostrado científicamente que sea eficaz, y además traspasa todos los limites desde el punto de vista del derecho constitucional a la salud".