Cañaveral albergará una de las dos plantas que integrarán ahora el proyecto de cátodos

Una de las instalaciones tiene ya definida su ubicación en Cañaveral, en la misma planta en la que su socio estratégico Lithium Iberia llevará a cabo el primer tratamiento del mineral. Será una planta de ingeniería de tratamiento de litio, en la que se producirá la fórmula a base de litio que define el funcionamiento de la batería como una serie de características en cuanto a duración o recarga, por ejemplo. La inversión en este caso será de 60 millones y hay una estimación de 100 puestos de trabajo, pero la localización está supeditada a que el litio se extraiga del yacimiento de Las Navas que pretende explotar Lithium Iberia, el socio estratégico de Phi4tech en el proyecto del litio. «En Cañaveral podemos contar con energía eléctrica, los municipios están colaborando y podemos cerrar el proyecto en los tiempos que necesitamos, pero siempre que haya material allí. No nos podemos inventar una planta de tratamiento de litio si no hay litio que tratar en la zona», advirtió el empresario. Lithium está tramitando en estos momentos con la Junta de Extremadura el permiso de explotación de la mina y, de obtenerlo, la disponibilidad de mineral no sería un problema porque las reservas multiplican por cinco las necesidades de ese proyecto.  

Pros y contras

Lo que está por definir es la ubicación de la segunda pata de este proyecto, que será la planta en la que se fabricará el cátodo (la planta en la que realizará la impresión 3D de la composición a base de litio que se formule en la planta de Cañaveral) aunque la empresa está trabajando en siete posibles localizaciones: Cañaveral, Navalmoral de la Mata, Casas de Millán, Malpartida de Plasencia, Arroyo de la Luz, Torrejoncillo y Aldea del Cano. «Todas tienen ventajas pero también algunas dificultades ya sea en la cantidad de terrenos, el precio, la potencia energética o los plazos. Ninguna reúne todo y no es sencilla la decisión porque es una inversión importante para nosotros», matizó Celdrán. 

Para la segunda planta contemplan Cañaveral, Casas de Millán, Navalmoral, Aldea del Cano, Malpartida de Plasencia, Arroyo o Torrejoncillo

La empresa se marca como fecha límite para tomar una decisión el mes de julio, para poder comenzar las obras en enero del 2022 y no romper así con el calendario que plantea arrancar un año después con la fabricación tanto allí como en la fábrica de celdas de Badajoz. «Hay disposición por parte de los ayuntamientos pero en algunos casos veo complejo que puedan llegar a tiempo con la urbanización de los terrenos», avisó el empresario, que eludió pronunciarse sobre los ayuntamientos más avanzados. En la relación anunciada no están algunos de los que se postularon en el primer momento como son Plasencia, Moraleja o Malpartida de Cáceres. 

Menos suelo

Con la decisión de dividir el proyecto se reducen las necesidades de suelo, el principal escollo que habían encontrado los empresarios. En todo caso, por las cifras que se manejan, se mantiene tanto la inversión global prevista (200 millones) como los puestos de trabajo (360 en las dos plantas). Inicialmente las necesidades del proyecto de cátodos eran 60.000 metros de suelo industrial con posibilidad de crecer hasta 120.000. Ahora serían 30.000 con posibilidad de ampliar a 60.000 en una segunda fase. La inversión en este caso será de 140 millones con una estimación de 260 empleos directos.

Ambas instalaciones completan el proyecto anunciado en marzo, que incluye también la fábrica de celdas de baterías en la Plataforma logística de Badajoz y que prevé usar el litio que se extraiga del yacimiento de Las Navas, en Cañaveral. El trabajo para la planta de Badajoz avanza y en las próximas semanas se presentará el proyecto en el ayuntamiento.