Tras un fin de semana de tormentas toca evaluar los daños en el campo y ayer los agricultores extremeños notificaron partes de siniestro sobre más de 3.125 hectáreas, según los primeros datos recopilados por la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro). La cifra se aproxima bastante a la superficie que tiene constatada la entidad entre sus pólizas en vigor, aunque aún se puede incrementar en los próximos días, a medida que los agricultores vayan recopilando la información de las zonas afectadas, según indica. En todo caso, la celeridad con la que se han tramitado las primeras declaraciones de siniestros, ha permitido que los peritos ya empezaran ayer a visitar algunas de las parcelas afectadas, especialmente de frutales, que están en plena recolección.

La provincia de Badajoz es la que más ha sufrido las consecuencias de estos episodios tormentosos, con más de 2.800 hectáreas aseguradas en las que se han declarado daños. De ellas el grueso se concentran en la comarca de Badajoz (con 1.535 hectáreas), seguida de Don Benito (con cerca de 1.000 hectáreas con daños).

«Las producciones más afectadas son las de tomate, maíz y fruta y la mayor parte está asegurada»

Jesús Cano - Agroseguro

Por su parte, en Cáceres se habían contabilizado hasta el mediodía de ayer algo más de 300 hectáreas afectadas por las tormentas y en especial el pedrisco, y de ellas la mayor parte se encuentran en la comarca de Trujillo, que es la que en mayor medida ha sufrido las consecuencias de las tormentas de primavera con 230 hectáreas dañadas.

En cuanto a los cultivos afectados, la peor parte ha sido para las hortalizas y en especial para el tomate que es un cultivo muy sensible a la más mínima inclemencia meteorológica, mucho más al granizo que descargó especialmente el sábado en las vegas del Guadiana. Solo este cultivo suma declaraciones de siniestro en más de 1.400 hectáreas. A continuación se sitúa la uva de vino (daños en casi 900 hectáreas), cultivos herbáceos (400), olivar (200) y frutales (180), fundamentalmente de ciruela. «Las producciones que se han visto más afectadas, como fruta, tomate o maíz, tienen de forma mayoritaria seguros contratados. En el caso del tomate, el porcentaje supera el 90%», afirma Jesús Cano, presidente de Agroseguro en Extremadura.

Las organizaciones agrarias Apag Extremadura Asaja y UPA-UCE han reclamado que se agilicen las peritaciones y que las indemnizaciones se ajusten a los daños reales. «Los productores ven echada a perder su cosecha de todo el año en cuestión de minutos, por eso reclamamos que las indemnizaciones se ajusten no solo a las pérdidas de cada cultivo, sino también a la merma de producción por el estado avanzado de algunas plantaciones», destacan desde UPA-UCE.

Aceitunas en el suelo, arrancadas del olivo por los granizos. EL PERIÓDICO

Los afectados

«Lo que no se ha perdido se puede perder ahora por hongos o bacterias»

Cuando comenzó la tormenta de granizo en Vivares Amador Fernández, un productor de la zona, estaba en el campo y se refugió en el coche. «al principio me quedé en ‘shock’. En 15 años que llevo en el campo como agricultor a título personal, nunca había vivido algo así. Recuerdo algo parecido de niño», dice al otro lado del teléfono. 

Ayer notificó los daños en sus 60 hectáreas de cultivos en las inmediaciones del pueblo, entre tomate, maíz y arroz. El de tomate es el más afectado porque también es el más sensible a cualquier contratiempo meteorológico: «el 100% del cultivo de tomate de la cooperativa de Vivares, se ha visto afectado. Algunas explotaciones están directamente para voltearlas y olvidarse de ellas y otros necesitarán cambiar el manejo para ayudar a la planta a cicatrizar las heridas. Lo que no se ha perdido en la tormenta se puede perder ahora por hongos o bacterias». Y no es solo el daño en el cultivo, sino en la explotación: «las cintas de riego y los equipos de goteo también están destrozados con los granizos y para eso no hay seguro», cuenta. 

«Con todo el trabajo hecho, una nube te tumba la cosecha en 20 minutos»

«El granizo me ha tumbado la mitad de la cosecha. Con todo el trabajo hecho, una nube me ha destrozado parte del olivar en 20 minutos», cuenta José Metidieri, olivarero de Talarrubias con una explotación de 30 hectáreas y más de 7.000 árboles. 

La violencia con la que descargó una nube en la localidad el sábado por la noche le hizo temer lo peor y lo constató a la mañana siguiente: «la mitad de la cosecha de este año se ha perdido, la aceituna que ha quedado arriba está dañada y no engordará igual. Y habrá que ver si los brotes no sufren daños que puedan afectar también a la cosecha del año que viene», cuenta el productor. Todo ha pasado cuando todos los tratamientos y el grueso del trabajo estaba hecho y solo quedaba esperar a que la aceituna (que ahora tiene el tamaño de un guisante) crezca. «Después de dos años malos, este era bueno. Se le podían poner 20 kilos por árbol y ahora tocará pelearse con el seguro, que no siempre es consecuentes con los daños en la explotación», lamenta.  

"Son tormentas de primavera y se cumplieron los avisos"

Los episodios de lluvia, viento y granizo «muy localizados a escala espacial y muy pequeños a escala temporal», son típicos de la primavera y difíciles de concretar porque no abarcan a grandes áreas, indica Marcelino Núñez, delegado de la Aemet en Extremadura. Aun así se activaron los avisos y se cumplieron, con hasta 30 litros acumulados en la estación de Talavera la Real en los dos días, 29 en la de Zorita, 23 en Badajoz, 19 en Mérida y 19 en Castuera. Solo en la jornada del domingo descargaron 1.695 rayos en la región.