Cruz Roja Española en Extremadura se suma este domingo, 20 de junio, a la conmemoración del Día Mundial de las Personas Refugiadas, una efeméride en la que recuerda la aportación que estas personas realizan a las sociedades que las acogen.

En concreto, la institución atiende en la actualidad a 71 personas refugiadas en la comunidad autónoma. El años pasado, atendió en España a de 30.351, de las cuales 14.312 eran mujeres. En el año 2020 había más de 79,5 millones de refugiados en el mundo, y este año se superará la barrera de los ochenta millones.

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en el año 2000 el 20 de junio como Día Mundial de las Personas Refugiadas. Más de veinte años después, y "lejos de ser un motivo de celebración", este aniversario recuerda que la situación de los refugiados sigue siendo "tanto o más delicada" que a principios de siglo, y la atención e integración de estas personas es "más urgente que nunca".

Bajo el lema Los refugiados suman, la institución en Extremadura ha desarrollado a lo largo de esta semana actividades en sus centros en la región para ensalzar la importante aportación que las personas refugiadas realizan en las comunidades que las acogen y les ofrecen oportunidades y apoyo.

Así, el voluntariado del área de Aprendizaje del Idioma ha puesto en marcha la actividad "Célebres refugiados", una iniciativa en la que se ha visualizado la labor de personas refugiadas que a lo largo de la historia han trabajado para el avance y el proceso de la sociedad, informa Cruz Roja.

De este modo, se ha recordado la vida y trayectoria de científicos como Albert Einstein u Özlem Türeci, deportistas como Dikembe Mutombo o Martina Navratilova, actrices como Marlene Dietrich y cantantes como Miriam Bakeba o Freddy Mercury.

Catorce solicitantes de asilo en la región han participado en esta acción que se ha desarrollado en Extremadura en la que han podido narrar sus experiencias y contar de qué manera pueden ellos aportar a la sociedad extremeña.

Experiencias

Julius, que dejó Camerún para salvar su vida, ha explicado que su sueño es trabajar en España y ayudar a otros jóvenes en su misma situación a encontrar trabajo y proporcionarles apoyo para que puedan mantener la esperanza. Housseini, agricultor de origen mauritano, ha considerado que su experiencia en el cultivo de patata, maíz y otros cereales de forma tradicional podría contribuir a los nuevos modelos de consumo relacionados con la agricultura de proximidad y respetuosos con la tierra y el entorno.

Por su parte, Harouna, un maliense que trabajaba en el sector de la construcción en su país, ha apuntado que le gustaría formarse en España en nuevas técnicas de edificación para posteriormente trasladar sus conocimientos en suelos y cimentaciones a la diversificación de este sector profesional.

Para Natjed, mujer marroquí de 50 años víctima de violencia de género, su antiguo trabajo en fábricas textiles y la formación recibida como administrativa podrían animarla a poner en marcha su propia empresa y crear puestos de trabajo. Mohamed, procedente de Mali y deportista profesional, confía en ayudar a los niños y niñas que quieran dedicarse a esta disciplina y Medhi, de Marruecos y pescador, espera compartir su experiencia en artes tradicionales de pesca en zonas costeras.