La excavación de Casas del Turuñuelo está parada desde que se dio por cerrada la tercera campaña que se llevaba a cabo en la zona, en junio del 2018. Sin nuevos hallazgos desde entones, esos tres años sin pisar el terreno han permitido documentar todo lo que deparó hasta entonces y también poner en pie un recurso que es pionero en una investigación arqueológica y que ha devuelto a la ‘vida’ al monumento tartésico de Guareña, considerado un conjunto único en el Mediterráneo occidental del periodo de la Edad de Hierro. Los arqueólogos se han aliado con la realidad virtual para reconstruir lo que ya conocen de la excavación con la ayuda de desarrolladores de videojuegos y el resultado son imágenes que muestran el aspecto y los usos que tendría lo que conocen del edificio cuando aún estaba en pie. 

«Es una herramienta que por un lado nos permite entender mejor cómo podría estar construido lo que conocemos y por otro nos da también la posibilidad de presentárselo al público. Para los que nos dedicamos a la arqueología es relativamente sencillo llegar a un yacimiento y ver cómo habría sido, pero a la gente le cuesta imaginarse qué había donde lo que queda es un muro de 30 centímetros», apunta Esther Rodríguez investigadora del Instituto de Arqueología de Mérida y codirectora de la investigación Casas del Turuñuelo junto a Sebastián Celestino. 

El Turuñuelo: Así lucía el Tarteso hace 2.500 años

El Turuñuelo: Así lucía el Tarteso hace 2.500 años

Tras Cancho Roano

El proyecto arrancó en 2014, cuando cinco investigadores se desplazaron a la zona de las Vegas Altas (cerca de la desembocadura del río Búrdalo) para llevar a cabo un estudio territorial del Guadiana en la época tartésica. Entre ellos estaba Esther Rodríguez, que en ese momento trabajaba en su tesis doctoral que documentaba la existencia de edificios bajo túmulos, en los que sus ocupantes los habrían ocultado tras destruirlos. Entonces ya se conocían los yacimientos de Cancho Roano y Cerro Borreguero (Zalamea de la Serena). «Se habían identificado 13 túmulos en la zona y elegimos uno para hacer un sondeo y corroborar si lo que había debajo era algo como Cancho Roano. Pero los hallazgos fueron tan sorprendentes, que nos quedamos allí», recuerda la investigadora de los primeros pasos de Casas del Turuñuelo, considerado un espacio de gran interés arqueológico.

CONSTRUYENDO EL TARTESO

«La realidad virtual nos acerca a cómo sería el edificio, y también nos permite acercarlo a la gente»

Esther Rodríguez - Codirectora de Construyendo el Tarteso

Entre los hitos están el del mayor sacrificio de animales documentado en la I Edad de Hierro del Mediterráneo occidental (hallaron restos de casi medio centenar de animales, fundamentalmente caballos y vacas en un patio), los tejidos más antiguos de la península ibérica, la primera escultura de procedencia griega de la península o los vidrios más antiguos. Más de medio centenar de investigadores de distintas universidades y centros europeos colaboran en la investigación del yacimiento, del que solo se ha excavado un 20% de la hectárea que se estima que tiene de superficie y sobre el que hay aún muchas incógnitas por desvelar y recrear dentro del modelo virtual que está acompañando a la investigación arqueológica tradicional. 

Colores, texturas, iluminación... nada en las imágenes se ha seleccionado al azar, «todo está calculado y estudiado», enfatiza la directora de la investigación; porque el objetivo es mostrar cómo era el conjunto Casas del Turuñuelo y su entorno hace 2.500 años. Por eso los investigadores lo entienden también como una herramienta que irá evolucionando a medida que evolucione el estudio «y que nos permitirá acercarnos un poco a cómo sería el edificio, imaginarlo y que la gente lo imagine», pero también llegar a un público nuevo que no se ha acercado a la arqueología porque no ha tenido forma de hacerlo», reconoce la arqueóloga. 

Josep Casals, autor de las recreaciones virtuales que se están realizando del conjunto. JOSEP R. CASALS

«En el futuro puede permitir recorrer las estancias y ‘tocar’ los objetos sin pisar el edificio»

Josep Casals - DISEÑADOR

Las primeras imágenes del conjunto del Turuñuelo (sin ser aún el resultado final) ya están consiguiendo ese fin divulgador según han podido constatar con la respuesta que han tenido desde sus redes sociales. «Para la investigación es muy satisfactorio, porque vemos que nuestro trabajo se valora desde otras perspectivas y que no somos los cuatro de siempre que nos dedicamos a este mundo», apunta. Aún así el modelo tiene que pegarse aún más a la realidad: «hay que ensuciarlo, porque lo que se ve ahora está muy brillante y muy limpio y posiblemente hace 2.500 años no tenía esa apariencia», reconoce Rodríguez. 

El encargado de devolver el yacimiento a la vida es Josep Casals, un ingeniero industrial que decidió aprovechar sus conocimientos en las herramientas digitales de renderizado y diseño (hace años que se han convertido en herramientas esenciales en el campo de la ingeniería) para dar el salto a un campo por abrir en la arqueología y la historia. Entró en contacto con los investigadores en 2018 y han ido de la mano en los tres últimos años para mostrar cómo era el conjunto tartésico. 

Arqueología y tecnología

Los investigadores recopilan en el transcurso de la excavación documentación técnica como planimetrías de la zona o fotogrametrías (una representación en tres dimensiones a través de fotografías) y con esos datos se hace una construcción de un modelo de líneas sencillas. Sobre esa base se van resolviendo las cuestiones arquitectónicas (altura de techos, estructuras...), se discuten los matices de texturas o tonalidades y se recurre si es necesario a expertos en arquitectura antigua que les ayudan a resolver los temas más peliagudos: «Había una bóveda en una de las estancias que no sabíamos cómo podría estar construida» reconoce Casals. 

«Pero todo es una hipótesis y siempre es posible que cambie lo que ahora conocemos del yacimiento en base a nuevos hallazgos o nuevas interpretaciones que se hagan de lo que ya hay», recuerda el diseñador de ese modelo virtual, por el que ya se puede ‘pasear’ y que se irá poco a poco enriqueciendo añadiéndole los elementos que se han encontrado en las sucesivas campañas de excavación. 

«Ahora mismo es más una herramienta de trabajo. Pero en un futuro puede ser una herramienta de realidad virtual que sea casi como un juego que permita recorrer el interior del edificio y tener información de los objetos que hay en él, e incluso llevar a cabo alguna acción dentro», señala Casals sobre el planteamiento con el que nació una colaboración que califica como «pionera». «Este tipo de trabajos son habituales cuando se tienen todos los datos y se conoce la totalidad del sitio, pero nunca se ha concebido como ahora como una herramienta de investigación», apunta. 

Las incógnitas

Si los hallazgos en el Turuñuelo hasta ahora son únicos, las incógnitas que encierra son muchas. «La primera, quién mandó construir aquello y qué importancia tuvo en los Tartesos, pero también si había un asentamiento en el entorno de carácter artesanal que ayudaran al abastecimiento de cerámica y material constructivo, cómo era el poblamiento del entorno o bajo que circunstancias y mecanismos llegaba el material de importación griego que se ha encontrado en el interior del edificio (restos de una escultura y vidrios). 

«Todavía quedan muchísimas incógnitas por desvelar», apunta la investigadora. Aún se desconoce, por ejemplo, a qué estuvo dedicado el edificio, así como quién era y qué representan los restos humanos que se han encontrado o qué significado tiene el sacrificio de animales que no se ha terminado de desenterrar. «No sabemos en qué momento podremos retomar los trabajos y, cuando lo hagamos, el ritmo para abrir lo que queda dependerá de los hallazgos que aparezcan», recalca la investigadora. 

Sin fecha para reanudar las excavaciones tras declararse BIC

El conjunto protohistórico de Casas del Turuñuelo fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el pasado mes de mayo. Se trata de la máxima figura de protección que se puede otorgar al yacimiento y da pie a poner en marcha un expediente de expropiación del terreno a sus actuales propietarios y por tanto a la vuelta de la actividad investigadora en el yacimiento. El fin de las campañas de excavación en el 2018 estuvo relacionado con la negativa de los propietarios a permitir la entrada de los arqueólogos por desavenencias económicas con la administración. En todo caso, desde la Consejería de Cultura aclaran que «no se ha iniciado el expediente de expropiación sobre el yacimiento de Casas del Turuñuelo tras su declaración BIC y todavía no hay una fecha para la vuelta de las excavaciones al mismo».

Los investigadores confían aun así en poder retomar el próximo año la actividad sobre el terreno y temen el deterioro que pueda haber sufrido el yacimiento tras tres años sin ningún tipo de control sobre él.