El centro neurálgico de la gestión de alertas de incendios forestales en Extremadura es una sala diáfana con seis puestos de trabajo, una pared llena de pizarras y mapas de Extremadura con la división de las zonas de coordinación de incendios o la ubicación de las torres de vigilancia. Hay varios monitores de ordenador en cada puesto y una pantalla de televisión preside un extremo, en un punto visible desde cualquier rincón del espacio porque ahí están los ojos del Centro Operativo Regional (COR) del conocido como Plan Infoex (el Servicio de y Extinción de Incendios Forestales). Allí se monitoriza el engranaje de actuación en los incendios forestales de la región, para un dispositivo que roza el millar de efectivos cada campaña. 

«Aquí tenemos las imágenes en tiempo real que nos proporciona Halcón en los incendios», anota el coordinador del Infoex, Víctor Pérez, señalando esa pantalla. El Halcón es el nombre que recibe el helicóptero que coordina a los medios aéreos de la Junta de Extremadura en los incendios, que además lleva una cámara con la que capta imágenes reales y térmicas, que permiten no solo ver cómo está el terreno sino también el subsuelo (por ejemplo, si aún está caliente cuando ya no hay signos evidentes de fuego). Es una herramienta esencial. 

Trabajadores en la sala de coordinación del COR del Infoex en Cáceres, esta semana. SILVIA S. F.

Aunque el operativo de extinción de incendios es de carácter regional, sería inabarcable un mando único para los cuatro millones de hectáreas que tiene Extremadura. Hay que dar una respuesta ágil. Y por eso el territorio está subdividido en 10 zonas de coordinación: 6 en la provincia de Cáceres (Hurdes, Ambroz-Jerte-Tiétar, Gata, Monfragüe, Villuercas-Ibores, Cáceres Centro) y 4 en Badajoz (Badajoz Centro, Tentudía, Siberia y Serena). No es una división al azar, sino atendiendo a criterios como el número de incendios, peligro potencial, situaciones meteorológicas y orografía. La extensión varía mucho de unas a otras. «El tiempo de respuesta estimado es de 10 minutos en el caso de la zonas de mayor riesgo, principalmente en el norte de la región y de unos 20 minutos en las zonas más grandes o con menos riesgo», apunta el Víctor Pérez. 

«Hay que tener sangre fría en este puesto y saber esperar para comunicar la alerta»

Raúl Granado - Vigilante en una torre del Infoex

El jueves el ambiente era tranquilo en la sala de coordinación a primera hora de la mañana, aunque el Halcón y otros helicópteros de extinción estaban en prealerta (listos para intervenir), junto a otros equipos terrestres por un aviso de incendio reciente del que no había muchos datos aún. De forma preventiva el COR había remitido también a los responsables de esa zona un informe detallado con la previsión para las horas siguientes sobre temperaturas, viento y humedad, y en una de las pantallas de la sala vigilaban la posición de los medios que estaban movilizados y también de los efectivos que seguían en el fuego declarado en la cerca de Casas de Millán el día anterior.  

Trabajar con más seguridad

Nunca se sabe cuándo se puede complicar una jornada en pleno Periodo Alto de Incendios (el momento de mayor riesgo en la región, que se extiende del 1 de junio al 15 de octubre) y la tecnología se ha convertido en los últimos años en la gran aliada en la gestión de la extinción. Móviles y tabletas son ahora herramientas indispensables en la coordinación. «Es el gran avance para la toma de decisiones, para trabajar con seguridad y para optimizar los recursos», reconoce el responsable del Infoex. 

Actuación del Infoex en un incendio en Cáceres junto a la Ronda Norte, en el 2017. FRANCIS VILLEGAS

No todo es tecnología. El ojo humano aún es la clave en las alertas. El 99% de los avisos que recibe el COR llegan a través de los vigilantes de la red de torretas del Infoex o bien del servicio de emergencias 112 tras recibir la llamada de algún alertante. «Hay que tener sangre fría en este puesto y saber esperar para comunicar la alerta», dice Raúl Granado, uno de los cuatro vigilantes que rotan en esta época en el puesto de vigilancia El Aljibe, un enclave a 600 metros de altitud en la parte norte de las estribaciones de la Sierra de San Pedro, junto a Aliseda. Esta es una de 42 torres que tiene el Infoex diseminadas en puntos estratégicos de la región para garantizar una supervisión directa sobre más del 90% del territorio. La mayoría (70%) tiene vigilancia las 24 horas. «En zonas más despobladas o abruptas como Hurdes o Gata, la torre de vigilancia es esencial», razona el coordinador del Infoex. En otros puntos como el entorno de Cáceres, con mucha población, la experiencia dicta que el aviso de incendio va a llegar desde el 112. 

«En las zonas más abruptas o despobladas como Gata o Hurdes, es esencial el papel de las torres de vigilancia»

Víctor Pérez - Coordinador del Infoex

Cuando es uno de estos puestos de vigilancia quien da el aviso, se activa de forma inmediata lo que se conoce como 'despacho automático' de intervención y evaluación: un equipo integrado por el agente del medio natural de la zona, un retén de tierra y un helicóptero en el caso de las zonas con mayor riesgo de incendio. A partir de ese momento y en función de la gravedad del incendio y la disponibilidad de medios, se podrán ir incorporando más efectivos a los trabajos de coordinación y extinción; recurrir a medios del Gobierno central o de comunidades limítrofes para sofocar las llamas, o a Protección Civil para atender a poblaciones si la situación se va complicando y se hace necesario escalar en las cuatro fases de gravedad que contempla el protocolo del sistema de gestión de incendios. 

«Es un operativo modulable tanto en la incorporación de medios como en la retirada, que incluye muchas lecciones aprendidas de otros incendios», reconoce el coordinador. Una de esas lecciones se remonta al 2003, el verano en el que una sucesión de grandes incendios arrasó en 15 días 30.000 hectáreas de monte. «Entonces se incorporó la maquinaria pesada a las labores de extinción», recuerda Pérez

La amenaza de un gran incendio o la bomba de una sucesión de fuegos que desborden el servicio es el mayor temor de los que trabajan en la prevención y extinción. «Nadie está preparado para algo así, pero la consigna siempre será priorizar y, si se tiene que quemar el monte, que se queme, pero que las llamas no leguen a las zonas habitadas», dice el coordinador del Infoex.

Soporte del 112

Junto con las torres de vigilancia, el 112 canaliza el grueso de las alertas. Si el servicio de emergencias deriva al COR una cascada de avisos, también se movilizan los medios de forma inmediata. Pero si se trata de una llamada aislada, siempre se contrasta antes con los vigilantes del Infoex más próximos al punto indicado.

«En días de viento es fácil confundir una tolvanera (una corriente de aire en forma de chimenea que arrastra polvo) con un incendio», advierte Granado desde su puesto en El Aljibe. Ha dado el relevo a las 8.00 horas a su compañero y le quedan 12 por delante apostado en la torre. «Siempre estás pendiente de la emisora por si hay algún aviso de la central o de otra torre y sales de vez en cuando para echar un vistazo al terreno con los prismáticos». No está siendo un verano tranquilo allí a pesar de que las temperaturas no estén despuntando especialmente. «Hemos dado va varios avisos, sobre todo de la zona de Malpartida de Cáceres. Las zonas con más gente siempre son más proclives», cuenta este técnico en Gestión Forestal. Desde el pasado 1 de junio los efectivos del Infoex han participado en 156 incendios que han calcinado ya más de 1.000 hectáreas, aunque principalmente han sido de pasto y matorral. 

«Está siendo una campaña extraña», asume el coordinador del Infoex. Por un lado, a una semana de terminar julio aún no se ha registrado ninguna ola de calor. Por otro, la cantidad de combustible en el monte no permite un respiro y aún quedan por delante más de dos meses de riesgo. «Tenemos un dispositivo correcto, optimizado y preparado para los incendios que se dan en Extremadura», sentencia Pérez. 

Los recursos disponibles en la campaña de 2021

Medios humanos: Hay cerca de un millar de efectivos en la extinción de incendios: 960 vinculados al Infoex (retenes, vigilantes, emisoristas, capataces y técnicos de coordinación) y 20 más de Brif del Ministerio de Transición Ecológica en Pinofranqueado.

Medios técnicos: Hay 16 aeronaves del Infoex (11) y el Ministerio de Transición Ecológica (5) en las bases de la región. Son en total 12 helicópteros, 3 aviones anfibios y un avión de coordinación. El dispositivo de tierra cuenta con 53 camiones, 53 pick-up, 9 bulldozers y 2 tractores . 

Apoyo y colaboración: Además del Infoex, la Brif de Pinofranqueado está autorizada a actuar de forma automática en un radio de 50 kilómetros (para otros puntos se debe solicitar al ministerio) y hay acuerdos de colaboración mutua y apoyo con los servicios de extinción de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Portugal, para prestar apoyo en incendios limítrofes.