La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, calificó ayer de «escandalosa» la situación que está sufriendo el embalse de Valdecañas. Está gestionado por Iberdrola y Ribera usó ese adjetivo por la «drástica» reducción de sus aguas a propósito por parte de la compañía eléctrica que lo gestiona y aseguró que ya se está investigando a la misma, a la que se ha remitido una carta «para decirle que esto no puede ser». Así se expresó la ministra ayer en una entrevista en el programa Al rojo vivo de La Sexta recogida por Europa Press.

Ribera avanzó que se tendrá que aplicar el artículo 55 de la Ley de Aguas, donde se prevé que «por razones extraordinarias se puedan introducir limitaciones al vaciado del caudal de los embalses». 

El beneficio económico

Del mismo modo explicó que esta situación tiene que ver con las cláusulas concesionales, que probablemente no preveían una intervención para garantizar caudales ecológicos y mínimos en los embalses, sino un volumen de agua concesionado al año. «Por eso la empresa justifica que están cumpliendo con todos los requisitos establecidos y esto me parece escandaloso», remarcó.

Asimismo, insistió en que el agua no puede quedar en un volumen máximo permitido anual sin ningún tipo de criterio con respecto a su distribución y uso en el tiempo y por tanto gestionado directamente por la empresa concesionaria con arreglo «a lo que en cada momento económicamente les convenga más». «Esto es legítimo pero no es razonable que ocurra, por eso queremos intervenir cuanto antes», apostilló.

La respuesta del PP

A las palabras de la ministra quiso responde el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, quien argumentó: «Ribera se escandaliza selectivamente y lo que pretende la máxima responsable en materia energética es que no se hable de su lamentable gestión y su incapacidad para frenar los precios desbocados en bienes de primera necesidad».

Habría que recordar que esta semana han saltado las alarmas en los pueblos en torno a Valdecañas porque han visto cómo el pantano ha llegado a su mínimo de los últimos 55 años (un 20% de su capacidad), por el desembalse de Iberdola para generar electricidad justo en el momento en que el precio de la luz está más caro. Lo llaman el negocio de la «falsa sequía».

Alcaldes como el de Belvís de Monroy, Marcos Pascasio Granado, han denunciado cómo está afectando a los pueblos que se nutren de este embalse. En un entorno rural, actividades como la agricultura y la ganadería se ven directamente perjudicadas.