Prácticamente la mitad de las casas situadas en la comunidad autónoma que se declaran a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) no son las residencias habituales de sus propietarios. La vivienda es algo que siempre hay que incluir al rendir cuentas anualmente con Hacienda, aunque no genere ningún ingreso y, por tanto, no se tribute por ella, como es el caso de la habitual. Sí habrá que pagar de tratarse de una residencia vacacional o que no esté ocupada.

De las 448.210 viviendas con valor catastral recogidas en las declaraciones de este tributo en la comunidad autónoma, son 246.056 (un 54,9% del total) las que aparecen como de uso habitual. Para la mayor parte del resto (171.898) se marca la casilla de ‘a disposición’ del contribuyente, un capítulo que comprende generalmente segundas residencias, pero también casas vacías a las que no se les está dando ningún uso en ese momento.

El total se completa con 30.256 viviendas más que están declaradas como de alquiler, otro de los datos más llamativos que ofrece esta estadística elaborada por la Agencia Tributaria, ya que supone que apenas un 6,7% de las viviendas declaradas en territorio extremeño a la hora de cumplir con el fisco están arrendadas. Un escaso porcentaje que obedece en buena medida tanto a la limitada cultura del alquiler que ha habido tradicionalmente como al elevado peso que tiene la economía sumergida en estas operaciones. Y eso a pesar de que dentro de este capítulo queda comprendida cualquier vivienda que, no siendo la habitual de sus propietarios a lo largo del ejercicio fiscal, se destine en algún momento de este a la obtención de rentas derivadas del arrendamiento inmobiliario. Eso supone que no solo se consideran aquellas que constituyen la residencia ordinaria del inquilino, también las que sirven para otras finalidades, como las del arrendamiento por temporada, el de residencia de estudiantes o trabajadores desplazados y el de uso turístico.

La comunidad autónoma es la que tiene un menor peso del alquiler, un 6,7%, frente al 13,3% que se promedia en todo el país

La proporción extremeña de viviendas arrendadas es, además, la más baja de todo el país, y se queda a medio camino de la nacional, que es del 13,3%. El ‘ranking’ autonómico lo lideran las dos comunidades insulares, en las que el peso del turismo es muy elevado, lo que presiona al alza la demanda de arrendamientos (Baleares, con un 22,1%, y Canarias, con un 20,3%). A no mucha distancia les siguen Cataluña (19,6%) y Madrid (19,5%).

El valor catastral de todas las viviendas declaradas en Extremadura suma 18.021,1 millones de euros --cifra similar a todo el Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad autónoma el año pasado--, lo que arroja un importe medio de 40.207 euros por inmueble, de nuevo el más bajo de España, poco más de la mitad que en regiones como Baleares (78.407) o Cataluña (76.331) y más lejos todavía de Madrid (111.210). 

El valor catastral de todas las viviendas suma 18.021,1 millones de euros

Atendiendo al uso que se da al inmueble, el montante medio más alto en los de la región corresponde a las residencias habituales (46.379), que superan tanto al de las arrendadas (42.651) como al de las segundas residencias y aquellas que están vacías (30.941). Por provincias, la de Badajoz sobrepasa claramente a la de Cáceres tanto en número de viviendas declaradas (258.519 frente a 189.691), como en valores promediados (43.647 y 35.519 euros, respectivamente).

Fuera de la región

La estadística de la Agencia Tributaria, elaborada con datos del ejercicio 2019 y que por primera vez se realiza con este nivel de detalle sobre la utilización y valor de las viviendas incluidas en las liquidaciones del IRPF, ofrece también otros datos de interés. Uno de ellos es la proporción de casas que los contribuyentes de cada autonomía poseen radicadas en otras regiones. Así, de las 418.032 declaradas por los extremeños, un 91,38% (casi 382.000) están situadas en la misma comunidad, por apenas un 8,62% (unas 36.000) construidas fuera de ella. Los extremeños ocupan la séptima posición de una tabla conformada por quince regiones (de estas estadísticas quedan excluidas las dos comunidades autónomas forales, País Vasco y Navarra). A la cabeza están los madrileños, con más de una cuarta parte del total de viviendas que declaran (25,86%) ubicadas en otras regiones. Únicamente en otras tres se alcanzan los dos dígitos: Castilla-La Mancha (12,65%); Aragón (11,96%) y Baleares (10,23%). 

Un 8,6% de las casas que declaran los extremeños en el IRPF están fuera de la comunidad autónoma

Lógicamente, el menor porcentaje de viviendas que se declaran fuera de los límites de la comunidad extremeña se contabiliza entre las habituales, algo que solo sucede en uno de cada cien casos.

En cambio, entre las arrendadas el dato escala hasta el 29,29%, el segundo porcentaje más alto del país, a continuación del de Castilla-La Mancha (32,53%), si bien hay que tener en cuenta que en términos absolutos el volumen total de estos bienes que los extremeños tienen en alquiler dentro o fuera de la región (36.865) es el tercero por la cola a nivel nacional, quedando esta vez por encima solo de riojanos y cántabros. Por último, entre las casas consideradas ‘a disposición’, un 17,08% no están en Extremadura.