Las intenciones eran buenas, pero no ha podido ser. Finalmente solo el 20% de la plantilla de ‘El Escobar’ podrá seguir trabajando lo que queda de campaña después del devastador incendio que el pasado jueves calcinó la central hortofrutícola situada entre Arroyo de San Serván y Calamonte.

En un primer momento se planteó el traslado de las trabajadoras a otras fábricas de la región, pero el gerente de la central, Natalio Caballero, señaló ayer tras mantener una reunión con el Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe) que esto no ha sido posible.

 «Es muy difícil porque no tenemos envases, embalajes ni pegatinas, todo se ha quemado... Y cada central tiene ya su personal y se crearía un conflicto», lamentó. Así, la campaña que debería haberse prolongado hasta noviembre se da por terminada para las 320 trabajadoras que se encargaban de seleccionar y confeccionar la fruta. «Irán al desempleo», lamenta Caballero, que no obstante señala que el Sexpe ya ha garantizado que todas tienen derecho a sus prestaciones, aunque «cada una con sus condiciones».

Así, la empresa seguirá ahora funcionando con los 80 empleados con contratos fijos y fijos discontinuos, que se encargarán de terminar de recoger la fruta que queda el campo. Son fundamentalmente ciruelas que irán a otras dependencias de Grupo Catalá en Badajoz para su almacenamiento en cámaras frigoríficas, donde pueden permanecer varios meses.

Mientras tanto, en la central ‘El Escobar’ los bomberos continúan trabajando en las labores de refresco y ya está en marcha toda la maquinaria para la reconstrucción de la nave de cara al próximo año. 

Caballero confirma que aún no hay una cifra estimativa de los daños más allá de los seis millones de kilos de fruta que fueron pasto de las llamas. Ayer estuvieron en el lugar los peritos de la aseguradora y varias empresas de demolición para presupuestar el derribo de lo que queda de la nave. Además, la policía judicial también trabaja ya para aclarar las causas del fuego.