El Ayuntamiento de Belvís de Monroy sigue recomendando a sus vecinos que utilicen preferentemente agua embotellada para el consumo. Hace un mes que el desembalse de Iberdrola en Valdecañas por la producción eléctrica les dejó sin agua 24 horas hasta que consiguieron bajar el nivel de la bomba de captación dos metros para llegar al punto en el que el turbinado para producción eléctrica había rebajado la masa de agua de la que depende la red de abastecimiento del municipio. 

En Belvís ya sale agua del grifo, pero es «de muy mala calidad» porque el punto de captación está tan próximo al fondo del embalse que la propia fuerza de bombeo arrastra mucho lodo. «La estamos sometiendo a un proceso doble de depuración, pero está siendo necesario utilizar muchos productos químicos y lo más aconsejable es que no se utilice para el consumo» reconoce el alcalde de esta localidad, Marcos Pascasio. 

Fue el primero en alzar la voz el pasado mes de agosto cuando el nivel del embalse bajó al 21,4% (casi la mitad de los valores habituales) y se quedaron «sin previo aviso» (incide Pascasio) sin agua. Después lo hicieron también los alcaldes de Saucedilla y Almaraz. Todos lamentan que un mes después «no hemos tenido ninguna comunicación directa ni con la empresa eléctrica, ni con la confederación, ni con la ministra (Teresa Ribera), al frente del Ministerio de Transición Ecológica)». 

Sin explicaciones

«Nadie nos avisó de lo que iba a suceder, nadie nos ha dado una explicación, y nadie nos ha dado garantías de que esto no va a suceder de nuevo», incide el alcalde de Belvís. Por eso el planteamiento de las localidades afectadas es ir en busca de esas explicaciones y especialmente de las soluciones al problema que han originado este verano los intereses contrapuestos de la empresa eléctrica y el abastecimiento local. 

«Ya tenemos agua, pero es de muy mala calidad porque la bomba arrastra mucho lodo»

Marcos Pascasio - Alcalde de Belvís de Monroy

«Necesitamos que la ministra (Teresa Ribera) nos ampare frente a los intereses empresariales»

José Antonio Díaz - ALCALDE DE ALMARAZ

«Nuestros pueblos no pueden estar en manos de la empatía o la buena voluntad de una empresa»

Paloma López - Alcaldesa de Saucedilla

La sensación en los tres consistorios es de «desamparo», más aún después de que la comparecencia de la ministra en la Comisión de Transición Ecológica esta semana tampoco les haya despejado la duda: necesitan «garantías» de que no perderán de nuevo el suministro de agua en pleno verano por las necesidades de producción eléctrica. «Tiene que haber mayor coordinación», reclama Pascasio.

El brusco descenso del embalse de Valdecañas dejó sin agua a unos 3.300 habitantes de la zona, además de algunas zonas de cultivos, como las 1.500 hectáreas de la comunidad de Regantes de Peraleda de la Mata. «Cuando más falta hacía, tuvimos que estar una semana sin regar porque la cota de la autorización de Iberdrola es más baja que la de la comunidad de regantes», dice el presidente del colectivo, Roberto Burgos. Es la misma causa que dejó sin agua a las tres localidades. 

El embalse está en estos momentos al 21,6% de su capacidad después de alcanzar el 21,4% el pasado mes de agosto. Cuenta con 313 hectómetros disponibles de los 1.446 para los que tiene capacidad y ha ganado tres hectómetros en la última semana (ha pasado del 21,4% al 21,6%). Está aun así casi a la mitad que el año pasado en estas fechas (acumulaba entonces 615 hm3) y por debajo de las cifra también de los 10 últimos años, con niveles medios de 535 hectómetros.

Amparo

«Pedimos a la ministra que nos ampare frente a los intereses empresariales», reivindica José Antonio Díaz, alcalde de Almaraz. En los próximos días consensuará con sus homólogos de Saucedilla y Belvís la reivindicación al ministerio para reclamar «un compromiso por escrito de que el turbinar de una empresa en busca de su beneficio, no nos va a dejar sin agua a los vecinos» apunta Díaz. 

«Necesitamos un compromiso real, no que todo quede encomendado a la empatía o buena voluntad de la empresa. Así, vamos a ir apañados», afirma la alcaldesa de Saucedilla, Paloma López, después de que en su comparecencia por la escalada de los precios de la luz (la otra arista de este asunto por la subidas de los últimos meses, mientras se incrementaba la producción de la más barata que es la hidroeléctrica) la ministra de Transición Ecológica reivindicara únicamente «más empatía social» a las eléctricas. Los tres alcaldes reconocen que esperaban un tono más contundente . «Las empresas no tienen empatía, miran el porcentaje de beneficios», responde Pascasio. 

La CHT no aprecia incumplimiento en la concesión de Iberdrola y recuerda supondría un expediente sancionador

Iberdrola tiene una concesión administrativa para la explotación hidroeléctrica del embalse de Valdecañas entre las cotas 315 y 290, según los datos de la Confederación Hidrográfica de Tajo, de la que depende este embalse. «Actualmente el pantano se encuentra por encima de la cota 291», explican desde este órgano, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, que sitúa el turbinado dentro de los parámetros ordinarios: «si un aprovechamiento, hidroeléctrico o de cualquier otro tipo, se desarrollase incumpliendo las condiciones de su concesión o en términos generales la normativa en vigor, se iniciaría el correspondiente expediente sancionador», puntualiza.

Coordinación

En Iberdrola por su parte defienden que han actuado en todo momento «en coordinación con las autoridades competentes y atendiendo a las concesiones de agua de las que es conocedora la compañía». «En muchas ocasiones no es sencillo identificar a posibles afectados porque no contamos con este tipo de información (no son concesiones registradas)», justifican en la eléctrica. 

Según explican, desde el 3 de agosto (el día que los tres pueblos se quedaron sin agua) no se ha vuelto a turbinar con la central de Valdecañas y se ha iniciado «el proceso de llenado del embalse, coincidiendo con el inicio de un descargo programado, informado desde hace meses a REE y con la petición de CHT de recuperar cota para poder abastecer al Ayuntamiento de Almaraz desde la toma que tienen conectada a la de riegos de Valdecañas». Eso es lo que ha permitido recuperar la normalidad en el abastecimiento del pueblo. 

La eléctrica defiende que «no se han vaciado embalses» sino que estos cumplen «con su función en el momento más necesario»

La eléctrica mantiene que los embalses que gestiona «no se han vaciado, sino que están cumpliendo con su función en el momento más necesario: producir energía para el suministro de la demanda y desplazar a las tecnologías más caras en la conformación del precio de la electricidad». 

Además explica que «en meses previos, se ha informado a las administraciones competentes del nivel de los embalses, la previsión de aportaciones y las tendencias en la demanda» y también entonces «solicitamos que se analizara si podían verse afectados por esta situación algún usuario para adoptar medidas». Según añaden, meses antes de turbinar «nos pusimos en contacto con el único ayuntamiento del que tenemos referencias sobre su abastecimiento, en Berrocalejo», que les informó de que contaba con una captación independiente. También «se nos hizo saber que el abastecimiento a Cáceres no estaba en riesgo», zanjan.

Piden que una comisión lo investigue en la Asamblea

Unidas por Extremadura y Ciudadanos (Cs) han solicitado crear una comisión de investigación en el seno de la Asamblea «ante el vaciado de los pantanos» para producir electricidad por parte de Iberdrola y para determinar las repercusiones que ha generado en el ámbito municipal, agrario y ganadero. Desde ambas formaciones señalan a intereses económicos tras el vaciado justo en el momento en el que más se agudizó la escalada del precio de la luz. Tanto el PP como el PSOE no han confirmado aún si sumarán su apoyo a la iniciativa.

En relación con esto, Unidas por Extremadura ha solicitado también la comparecencia de Marcos Pascasio (alcalde de Belvís de Monroy por Extremeños) en la Comisión de Transición Ecológica de la Asamblea, para explicar los efectos del descenso busco del nivel en Valdecañas. 

Embalses vaciados en la España ya vacía

Ha pasado en Valdecañas, pero también en Ricobayo (Zamora, la provincia española que más población ha perdido desde 1975) y otros dos embalses hidroeléctricos explotados por Iberdrola, que han visto cómo su caudal mermaba de forma alarmante. Valdecañas, ha perdido el 60% dlesde el 15 de junio. As Portas, en Ourense, el 76%, y Cenza, en la misma provincia gallega, el 54%. 

El motivo no es otro que la decisión de la compañía vasca de aumentar la producción energética desde estas centrales, dejando caer más agua desde sus saltos para que sea procesada por las turbinas, una explotación intensiva que ha pasado por alto los intereses de las poblaciones vecinas a sus concesiones hidroeléctricas. Algo parecido a lo que ha hecho Naturgy en Belesar (Lugo), que ha perdido el 50% de su caudal desde mediados de junio, y Salas (Ourense), el 48%. La actuación de ambas eléctricas está siendo investigada.  

Las eléctricas niegan irregularidad. Pero ni los pueblos afectados ni los expertos consultados recuerdan desembalses semejantes fuera de las épocas de sequía.

«No había sucedido nada igual de forma tan abrupta y en tantos embalses. Han turbinado para maximizar los beneficios», afirma Fernando Prieto, doctor en Ecología y director del Observatorio de la Sostenibilidad. La explicación más bien está en la forma en que se determinan los precios en el mercado mayorista de la electricidad en España, negociados diariamente con un día de antelación. «La última tecnología que entra en la subasta es la que fija el precio, por eso entraba siempre algo de gas o carbón. Lo que está pasando últimamente es que se está casando el precio final con la energía hidroeléctrica en muchos momentos. Es decir, se está vendiendo agua a precio de gas». 

La cuestión es que la ruina veraniega de las regiones afectadas ha hecho aflorar viejos agravios y el sentimiento de abandono de la España vaciada. En Valdecañas, el vaciado ha frustrado el último proyecto de sus consistorios para revitalizar la zona, un puerto fluvial que los alcaldes ven ahora en el aire.